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El poder de las pruebas genéticas para evaluar el riesgo de leucemia linfoblástica aguda de células T

El poder de las pruebas genéticas para evaluar el riesgo de leucemia linfoblástica aguda de células T

23/09/2024
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El equipo de investigación en T-ALL, parte del laboratorio de Leucemia Linfoblástica Aguda del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, da un paso adelante para utilizar la información genómica para predecir la respuesta al tratamiento y el pronóstico de los pacientes adultos con leucemia linfoblástica aguda de células T. Los resultados muestran que una combinación de variaciones en el número de copias y mutaciones específicas empeora significativamente la supervivencia del paciente, mientras que las alteraciones en genes específicos ayudarían al éxito del tratamiento. Estos resultados respaldan la adopción generalizada de pruebas genómicas y genéticas en pacientes con T-ALL para evaluar mejor su riesgo y seleccionar la mejor opción de tratamiento de forma personalizada.

La leucemia linfoblástica aguda de células T (T-ALL por sus siglas en inglés) es un tipo poco común de cáncer de la sangre que se caracteriza por el crecimiento descontrolado de precursores de linfocitos T, un componente del sistema inmunitario, en la médula ósea. La T-ALL afecta a todas las edades, pero la supervivencia disminuye con el tiempo y el pronóstico es muy malo cuando se diagnostica después de los 50 años.

La causa subyacente de la enfermedad son una serie de alteraciones genéticas en los precursores de los linfocitos que conducen a su transformación maligna. A pesar de que muchas de estas alteraciones ya se han descrito anteriormente, gracias al uso generalizado de herramientas genómicas para la investigación, su impacto clínico aún no está claro y el diagnóstico actual depende en gran medida de los rasgos morfológicos y citogenéticos.

Para ofrecer información sobre cómo las pruebas genéticas podrían marcar la diferencia en la evaluación del riesgo de T-ALL, un equipo de investigadores dirigido por la Dra. Eulàlia Genescà en el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras caracterizó genéticamente a un grupo de 107 pacientes y lo comparó con un conjunto de datos clínicos completos, que incluían la opción de tratamiento, el seguimiento y la evolución, obtenidos por el grupo cooperativo ALL-PETHEMA, con el que la Dra. Genescà coopera y colabora activamente. Estos rasgos genéticos eran tan diversos como las mutaciones de un solo nucleótido y las ganancias o pérdidas de ADN.

Los resultados del estudio, cuyo autor principal es la Dra. Celia González-Gil, y en el que han colaborado las unidades de hematología de varios hospitales españoles, se han publicado recientemente en la revista Haematologica. En este trabajo, el grupo identifica la deleción de la “pata” del cromosoma 5 (conocida como del(5q) en terminología genética), como un nuevo marcador pronóstico en la T-ALL adulta. Previamente, también habían descrito en Haematologica la presencia de mutaciones específicas en genes que se sabe que son instrumentales para el desarrollo de la T-ALL (como DNMT3A, N/KRAS, MSH2 o U2AF1), con un alto impacto en la supervivencia global del paciente. La combinación de ambos tipos de alteraciones mejora la clasificación de los pacientes adultos con T-ALL y su estratificación según el riesgo.

Curiosamente, esta característica, del(5q), es una causa conocida de otras neoplasias malignas de la sangre y se ha relacionado recientemente con el desarrollo de síndromes mielodisplásicos, según una publicación del Dr. Francesc Solé y la Dra. Pamela Acha, también investigadores del Instituto Josep Carreras.

De manera similar, los pacientes con más de 14 anomalías genéticas diferentes en sus células cancerosas también mostraron una peor supervivencia global. Esto parece lógico, ya que cada alteración es, potencialmente, una puerta de escape a la terapia y, en consecuencia, estos son los pacientes que alcanzan los niveles más bajos de remisión completa después del tratamiento.

Por otro lado, el análisis reveló que los pacientes con deleciones en los genes CDKN2A y B y que mostraban un inmunofenotipo cortical (un rasgo celular), tenían en realidad un buen pronóstico, con mejores tasas de supervivencia global.

La particularmente alta heterogeneidad de la T-ALL había hecho que fuera muy difícil utilizar la información genética como marcadores de pronóstico de rutina en el pasado. Sin embargo, a la luz de los nuevos datos de Genescà y González-Gil, estamos un paso más cerca de desarrollar nuevas vías de tratamiento personalizadas para los pacientes, adaptadas a las características genéticas de sus tumores particulares.

La investigación referida en esta noticia ha sido financiada en parte por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Josep Carreras Leukämie-Stiftung. También ha recibido fondos públicos del programa FEDER/FSE de la UE, del Gobierno español a través del ISCIII y de la Generalitat de Catalunya a través de CERCA. No se han utilizado herramientas de IA en la producción de esta noticia.

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