Dan compañía, son uno más de la familia y muchas veces se convierten en nuestros mejores amigos. Según un informe de 2018 de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC), en España existen más de 20 millones de mascotas.
Es decir, que, en casi el 40% de los hogares, hay un animal de compañía, pero… ¿Qué sucede cuando uno de los miembros de esas familias es diagnosticado de cáncer? ¿Se puede vivir con animales mientras se está llevando a cabo una recuperación hemato-oncológica?
Las personas con tengan el sistema inmunitario debilitado y que tengan mascotas, lo más recomendable es que consulten directamente a su hematólogo u oncólogo para conocer de primera mano las particularidades de cada caso y saber las situaciones en las que se tiene que prestar especial atención. Pero, vamos a repasar algunos consejos en rasgos generales.
Es aconsejable lavarse siempre las manos después de tocar a cualquier animal y mantener éste y su entorno en perfectas condiciones: someterlo a un control veterinario, asegurarse que tiene todas las vacunas al día, desparasitarlo y mantenerlo a él y al entorno en el que duerme y come bien limpios. Así mismo, se aconseja el uso de guantes y mascarilla para limpiar las heces, los vómitos o limpiar el orín de la mascota.
En el caso de querer adoptar, es recomendable que la mascota tenga más de un año. Los animales más jóvenes, que aún están siendo educados, son más propensos a hacer rasguños o morder. Asimismo, es importante que lleven las uñas recortadas para evitar arañazos y así posibles focos de infección.
Así mismo, es aconsejable evitar que las mascotas merodeen sin control por la calle o en el campo con el fin de que no puedan beber agua estancada de charcos, por ejemplo, y para impedir que cacen pequeños roedores que podrían ser fuente de infecciones.
Así mismo, la American Cancer Society avisa que no todas las mascotas imponen los mismos riesgos durante el tratamiento contra el cáncer. “Hay una gran diferencia entre adoptar una mascota recién rescatada de la calle y hacerse cargo de una mascota ya domesticada y saludable durante el tratamiento contra el cáncer. Las mascotas rescatadas de la calle, si no han pasado por los cuidados de una protectora, por lo general son portadoras de más bacterias y podrían no estar al día con sus vacunas.
Las mascotas que viven dentro de un hogar y son bien atendidas, son mucho menos propensas a causar problemas si se toman las medidas de precaución correspondientes. Adquirir una mascota durante el tratamiento contra el cáncer generalmente no es recomendable. Pero si una familia opta por adoptar una mascota, un perro o gato ya maduro y con un buen estado de salud probablemente impondrá un menor riesgo que las macotas menores a un año de edad”.
Mientras se esté en tratamiento o recuperándose de un cáncer es conveniente evitar el contacto con los reptiles, gallinas o patos porque pueden ser un trasmisor de salmonelosis. Los roedores u otras mascotas exóticas también pueden ser un foco de posibles infecciones para aquellas personas que tengan el sistema inmunológico debilitado.
Además, hay una serie de precauciones extra a tener en cuenta según la American Cancer Society:
- Evite el contacto demasiado íntimo, tal como el besar, acurrucarse o dormir en la misma cama.
- Usar guantes desechables que sean impermeables para limpiar una pecera, jaula, caja de arena o al recoger los deshechos de la mascota.
- El recubrimiento de las jaulas para pájaros debe limpiarse diariamente.
- Lavar las manos tras haber acariciado, cuidado, tocado, alimentado o limpiado a la mascota (incluso aunque se usen guantes).
- Lave las manos antes de tomar medicinas o manejar alimentos, o utensilios de cocina.
- Pedir a otras personas que laven peceras, jaulas o excrementos
- Evitar el contacto con animales desconocidos, especialmente los callejeros.
- Evitar el contacto con reptiles y sus contenedores.
- Usar guantes al hacer jardinería y evitar completamente el contacto con los desechos y excrementos de las mascotas
A pesar de estas recomendaciones, hay algunos momentos en los que es altamente recomendable prescindir del contacto con mascotas. Es el caso de los trasplantes de células madre de la sangre. En ese caso, los pacientes son sometidos a tratamientos muy intensivos que conllevan la pérdida total de inmunidad. Por ello, cuando vuelven a casa, es importante no tener contacto con animales hasta la recuperación de la inmunidad. En el caso de los trasplantes de médula ósea autólogos, puede ser cuestión de pocos meses, pero en los trasplantes alogénicos, la inmunidad del organismo cuesta más de recuperar. Por ello, recomendamos seguir al pie de la letra las recomendaciones del hematólogo y evitar posibles focos de infección.