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Conoce a…

Conoce a…

18/07/2016
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Nuestra compañera Ana Pertusa, del Registro de Donantes de Médula Ósea.

Ana nació en Valencia hace 33 años y hace casi 8 años que se encarga de buscar una “alma gemela” para los pacientes de leucemia y otras enfermedades que lo necesitan. Ella es una de las 4 coordinadoras de búsquedas de donante de médula ósea compatible para pacientes nacionales del Registro de Donantes de Médula Ósea de nuestra Fundación.

Ana es lo que se conoce como un “trueno”: perseverante, entusiasta, empática, con un gran sentido del humor y amiga de sus amigos. A pesar de que le gustan muchas cosas (el cine, las series, la música…), la danza es su gran pasión y baila desde hace ya muchos años, sobre todo la danza contemporánea, el estilo que más le entusiasma.

¿Cómo llega a trabajar en REDMO una licenciada en Filología inglesa? No lo sabemos. El azar la trajo a Barcelona y a la Fundación Josep Carreras y nosotros…. ¡tan felices!

Hoy queremos que la conozcas mejor.

Tu trabajo consiste en buscar donantes compatibles para un paciente con una enfermedad, habitualmente hematológica, que necesita un trasplante de médula ósea y no dispone de un donante compatible. ¿Hubieses imaginado algún día que trabajarías de esto?

Desde luego que no. Imaginaba muchas otras maneras de ganarme la vida, ya que mientras estudiaba filología barajé múltiples opciones: dedicarme a la docencia, hacer doble licenciatura de Traducción e Interpretación y dedicarme a ser traductora freelance, entre otras cosas. Pero nunca pensé que llegaría a trabajar como coordinadora de búsquedas.

– ¿Nos puedes resumir un poco con palabras simples y fáciles de entender en qué consiste una búsqueda de donante?

Mi trabajo consiste en buscar donante no emparentado para pacientes nacionales con patologías hematológicas. Una vez localizado el/la donante según estrategias en las que se pretende la localización de donante óptimo en el menor tiempo posible, se plantea el trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica y/o sangre de cordón umbilical) a partir de este donante idóneo. Aquí, mi tarea es intermediar entre centro de trasplante y el centro que extrae las células de donante, lidiar con la logística, imprevistos y seguimiento del proceso.

– ¿Qué piensas cuando te llega una petición de donante?

Cada búsqueda es un nuevo reto, se requiere un enfoque diferente en cada caso, así que pongo toda mi atención y concentración para conseguir un donante óptimo y contribuir a que el proceso de trasplante por el que ha de pasar el paciente sea exitoso.

– A una chica de 25 años le diagnostican una leucemia mieloide aguda y requiere un trasplante de médula ósea pero no tiene hermanos. ¿Qué posibilidades hay hoy en día de que le encontremos un donante a través de REDMO?

Es un caso habitual. 3 de cada 4 personas que necesitan un trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical) no tiene un donante compatible entre sus familiares y, por lo tanto, necesitará una donación de una persona anónima voluntaria. En el caso que comentas, la leucemia mieloide aguda es el principal diagnóstico por el cual los pacientes se someten a un trasplante de médula ósea de donante no emparentado. En 2015 este diagnóstico englobaba el 30% de las búsquedas realizadas por nuestro departamento y el 32,5% de los trasplantes realizados. La probabilidad de encontrar un donante compatible para un paciente en los primeros tres meses de la búsqueda es actualmente de 81%. 

– ¿Cómo describirías la Fundación Josep Carreras? ¿Por qué crees que es importante?

La Fundación Josep Carreras es un proyecto que nace y crece como un desafío y un aprendizaje constante en el que me fascina participar. Y no sólo lo que ha llevado y lleva a cabo la Fundación es algo digno de mención, también las personas que forman el equipo son algo vital a la hora de describir la Fundación. Así que no sólo veo la Fundación Josep Carreras como una institución que lucha contra la leucemia, sino como un equipo genial que trabaja duro cada día para ser y seguir siendo imparables. ¿Por qué es importante para mí? Pues porque considero que la labor que lleva a cabo es imprescindible, rigurosa y comprometida con la sociedad.

– ¿Cómo es un día en la vida de Ana?

Pues me suelo levantar entre las 7h30 – 8h00 y cada día voy andando a la Fundación, cosa que me despeja más que cualquier café. A las 9h empiezo mi jornada y dura hasta las 18h. Por la mañana suelo centrarme en las tareas prioritarias que son las gestiones de trasplante y emergencias que puedan surgir: programación de fechas de nuevos trasplantes, seguimiento de cumplimiento de fechas, de documentación y de protocolos.

Muchos de los donantes que se localizan son extranjeros, por tanto las gestiones las hago a través de otros registros. Contacto con mis homólogos en otros países y dado que los protocolos generales son comunes, trabajamos de forma colaborativa vía mail, teléfono e intranet.

En segundo lugar, aunque no menos importante, me encargo de iniciar búsquedas nuevas y hacer revisión de búsquedas ya activas pero en proceso de localización de donante. Esta parte, en mi opinión, es la más difícil y por tanto, la que requiere más concentración. Se ha de hacer una búsqueda preliminar y en base a los resultados obtenidos, debemos escoger el mejor potencial donante, teniendo en cuenta factores como la urgencia de la búsqueda, los criterios que establece el centro de trasplante según el diagnóstico del paciente, el número de posibles donantes disponibles, la procedencia de los donantes, etc.

Asimismo, estamos en contacto directo con los centros de trasplante, puesto que hacemos revisión y seguimiento de búsquedas y, por este motivo, todas las novedades son informadas al facultativo a cargo, vía mail y/o teléfono.

– ¿Qué te gusta más de tu trabajo? ¿Y menos?

Lo que más me gusta de mi trabajo es ver que nuestra labor da frutos, ver que un trasplante se lleva a cabo satisfactoriamente y que el paciente después de pasar por una de las situaciones más duras en su vida, sale adelante. Me gusta también trabajar con los centros de trasplante, propiciar una comunicación fluida y estar en contacto con ellos. ¡He aprendido una barbaridad trabajando con ellos!

Lo que menos me gusta es ver que a veces todos los esfuerzos son en vano. Hay casos en los que se nos notifica que el paciente no supera el proceso de trasplante, cosa que es bastante frustrante.

– ¿Cómo te gustaría verte a ti misma dentro de 30 años?

Me encantaría verme igual de vital, entusiasta y alegre que actualmente, me gustaría sobre todo no dejar de aprender y sorprenderme.

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