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Conoce a la Dra. Maria Joao Baptista

Conoce a la Dra. Maria Joao Baptista

28/07/2016
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Dra. Maria Joao Baptista

Es investigadora del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (Campus ICO-GTiP)

Edad: 41

Lugar de nacimiento: Porto (Portugal)

Mini currículum

Estudié Farmacia en Porto e hice un Erasmus en Madrid, la primera ciudad española en la que he vivido. Regresé a Porto e hice un Master en Oncología y empecé a trabajar en Hematología. Terminada la tesina, hice los cursos de doctorado en Salamanca con el Prof. Alberto Orfao. Me mudé a Barcelona en octubre de 2005 para realizar la tesis doctoral con el Prof. Emili Montserrat y con el Dr. Francesc Bosch en el Hospital Clínic. Durante esos años me dediqué de pleno a la investigación en los síndromes linfoproliferativos B.

Justo acababa de finalizar la parte experimental de mi tesis, cuando empecé a trabajar en el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras. Ha sido un inicio duro ya que tenía que redactar mi tesis y al mismo tiempo iniciar este gran proyecto del IJC. He sido una de las primeras investigadoras de este Instituto, lo cual me hace mucha ilusión. Agradezco la apuesta que el IJC ha hecho en mí y ¡espero conseguir estar a la altura!

4 adjetivos que te definan:

Persistente, metódica, exigente, creativa.

 Recientemente acabas de publicar un artículo científico titulado Homeobox NKX2-3 promotes marginal-zone lymphoma genesis by activating B-cell receptor signaling and shaping lymphocyte dynamics. ¿De qué se trata? 

Esta publicación refleja el estudio del papel de una proteína NKX2-3 en el desarrollo de linfomas. La historia empieza cuando se observa que algunos pacientes con linfoma de la zona marginal expresan NKX2-3 de forma aumentada. Se crean ratones transgénicos que expresan NKX2-3 y se observa que esos ratones desarrollan tumores semejantes a los de los pacientes con linfoma de la zona marginal. Se piensa entonces que la sobreexpresión de NKX2-3 podría jugar un papel importante en la aparición de estos linfomas. Para desvelar las funciones de NKX2-3 en el desarrollo de estos linfomas, se realizan diversos experimentos y se concluye que NKX2-3 induce la señalización vía el receptor de las células B y se identifican las diferentes proteínas involucradas en el proceso y los respectivos efectos a nivel de supervivencia, proliferación y migración.

– ¿Nos puedes resumir un poco con palabras simples y fáciles de entender las investigaciones que llevas a cabo en el IJC?

Hay varios proyectos en marcha en nuestro grupo, y casi todos enfocados en linfomas agresivos en pacientes infectados por el VIH. Este colectivo presenta una mayor incidencia de linfomas que el resto de la población, ya que la infección por el VIH conlleva a la depresión del sistema inmune. Desde el punto de vista hematológico, actualmente se pueden tratar estos pacientes con las mismas pautas que las usadas en los pacientes no infectados por el VIH, y las respuestas al tratamiento del linfoma son idénticas. No obstante, tal como ocurre en los pacientes no infectados por el VIH, hay algunos casos que no responden a los tratamientos estándar y otros que presentan respuestas cortas.

A más, en los pacientes infectados por el VIH, los linfomas suelen presentarse con mayor agresividad y a nivel biológico las células tumorales están expuestas a otros factores. En el grupo de Neoplasias Linfoides, buscamos marcadores que permitan identificar los pacientes que podrán no responder a los tratamientos estándar o conseguir respuestas cortas. También procuramos comprender las diferencias que hay entre los linfomas de los pacientes infectados y no infectados por el VIH.

– ¿Por qué te centraste en el estudio de los linfomas?

Podría decir que al inicio fue por casualidad. En los primeros trabajos que realicé en investigación, cuando cursaba el Master en Oncología, estudiaba las alteraciones inducidas en las células NK y linfocitos T por el tratamiento de los productos de aféresis (un tipo de trasplantes de medula ósea) con IL2. Cuando estuve en Salamanca empecé a estudiar síndromes linfoproliferativos, y los linfomas están en este grupo de enfermedades hematológicas. A partir de ahí, en mi tesis doctoral y en el IJC, seguí con la misma línea de trabajo. 

– A una chica de 41 años le diagnostican un linfoma no Hodgkin difuso de células B grandes y también es portadora del virus del VIH. ¿Qué diferencias hay entre que se lo diagnostiquen hoy o si se lo hubiesen diagnosticado hace 25 años?

El VIH tan solo se ha descubierto hace 33 años (1983), como tal hace 25 años los tratamientos para el VIH eran muy poco eficaces y los pacientes con VIH tenían esperanzas de vida muy cortas. En esa época, la atención recaía más en combatir el VIH que el linfoma. El VIH era una enfermedad devastadora y cuando se diagnosticaba un linfoma en esos pacientes su estado general era muy delicado. Cuando era posible se administraba quimioterapia para el linfoma, pero las complicaciones asociadas eran muy frecuentes implicando reducciones de dosis y espaciamientos largos entre los ciclos de quimioterapia, así que los resultados eran muy pobres. En este punto tenemos que aplaudir los avances de la investigación en el VIH y, gracias a ello, hoy en día los pacientes infectados por el VIH se tratan de la misma forma que los pacientes no infectados.

La Dra.Maria Joao junto al Dr.Tomás Navarro, investigador principal de la linea de investigación del IJC dedicada a las neoplasias linfoides.

– ¿Cómo describirías un centro de investigación como el IJC? ¿Por qué es interesante?

El IJC es un centro específico para la investigación en leucemia. Es algo bastante único en el mundo. Reunir diferentes investigadores, todos ellos dedicados al estudio de los diferentes tipos de leucemia y de otras enfermedades oncológicas de la sangre, aporta ventajas importantes pues permite el intercambio de experiencias. Hay otros puntos muy interesantes en el IJC como es la existencia de 3 campus, todos ellos muy cercanos a grandes hospitales de referencia.

– ¿Cómo es un día en la vida de Maria?

Creo que mis días se parecen bastante a los días de otros profesionales. No sobra mucho tiempo para actividades extra-laborales. Básicamente paso mis días en el laboratorio.

– ¿Qué te gusta más de tu trabajo? ¿Y menos?

Lo que más me gusta de mi trabajo es poder estudiar y aprender siempre, la novedad y que cada día es un reto. La rutina es algo que no existe en la vida de un investigador.

Lo que menos me gusta es el modelo actual de financiaciones y como la sociedad en general ve a los investigadores. Todos reconocen el esfuerzo, pero la carrera de los investigadores es precaria. La sociedad se respalda en que nuestro trabajo es vocacional. Sí, es vocacional, como muchos otros. Pero eso no justifica que tengamos de vivir de becas, para pagar nuestro sueldo y para desarrollar los proyectos.

Gran parte de mi tiempo lo invierto en adaptar los resúmenes de proyectos a las diferentes convocatorias, rellenar múltiples plantillas y documentos. Hay mucha burocracia en todo el proceso y es difícil ya que el porcentaje de proyectos que consiguen financiación son una minoría.

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