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15S – Día Mundial del Linfoma

15S – Día Mundial del Linfoma

14/09/2018
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  • Hoy se celebra el Día Mundial del Linfoma. Los linfomas son, con diferencia, el tipo más habitual de cáncer hematológico. Se calcula que en España al año se diagnostican unos 7.500 nuevos casos*

  • El linfoma es uno de los 10 tipos de cáncer más frecuentes en adultos y la tercera neoplasia más prevalente en niños**

  • El equipo de linfomas del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras trabaja en diferentes líneas de investigación, especialmente en el campo de la inmunoterapia y de los linfomas relacionados con el virus VIH

Hoy se conmemora el Día Mundial del Linfoma 2018, el cáncer de la sangre más frecuente. En España, 7.500 personas son diagnosticadas cada año. En general los linfomas son más frecuentes en los hombres que en las mujeres y la mayoría de ellos se diagnostican más frecuentemente en la edad adulta que en la infantil. A pesar de ello, los linfomas representan el tercer cáncer más frecuente en la infancia.

¿Qué son los linfomas?

Los linfomas son un grupo de enfermedades malignas de la sangre que aparecen cuando los linfocitos T o B, en distintos estados de maduración y fuera de la médula ósea (normalmente en los ganglios linfáticos o en un órgano), manifiestan algún tipo de defecto que, por un lado, prolonga su vida de manera anormal y, por el otro, hace que se reproduzcan de forma descontrolada.

Tradicionalmente los linfomas se clasifican en dos grandes grupos: el linfoma de Hodgkin (LH) y  los linfomas no Hodgkin (LNH).

El linfoma de Hodgkin acostumbra a afectar a personas más jóvenes y tiene un buen pronóstico: la enfermedad remite en el 80% de los pacientes. Es uno de los cánceres más curables hoy en día.

Los linfomas no Hodgkin son un grupo heterogéneo con más de 30 “variantes” de la enfermedad. Se pueden clasificar según la velocidad de su crecimiento: linfomas agresivos o indolentes.Los linfomas agresivos se desarrollan muy rápido, pero son más sensibles a los tratamientos y se pueden curar aproximadamente en tres cuartas partes de los casos. Los indolentes son mucho más lentos, progresan más despacio, pero son menos curables de forma definitiva, aunque los pacientes pueden vivir muchos años prácticamente sin síntomas debido a los nuevos tratamientos. 

¿Cuáles son los retos actuales?

La lucha contra los linfomas tiene dos grandes desafíos: predecir cómo responderá el paciente al tratamiento para adelantarse a las posibles recaídas y ofrecer nuevas oportunidades a los pacientes que han agotado todas las líneas terapéuticas actuales. En definitiva, curar más y mejor.

«Conocer el mecanismo de la enfermedad para poder luchar contra ella de una manera más eficaz»

Como existe gran variedad de tipos de linfomas, aunque los síntomas pueden ser similares, los tratamientos son muy diversos. «Es fundamental conocer el mecanismo de la enfermedad para poder luchar contra ella de una manera más eficaz», expone el Dr. Tomás Navarro, jefe clínico del laboratorio de Hematología del Instituto Catalán de Oncología (ICO) de Badalona e investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC).

El equipo del Dr. Tomás Navarro, acaba de publicar un novedoso estudio en la prestigiosa revista internacional Clinical Infectious Diseases (Plasma EBV-load as an early biomarker and prognostic factor of HIV-related lymphomas) sobre la detección temprana de los linfomas en pacientes inmunodeprimidos, especialmente personas infectadas por el VIH.

Las personas portadoras del VIH tienen un mayor riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, como el linfoma, la segunda neoplasia más frecuente en pacientes VIH positivos tras el sarcoma de Kaposi, y la principal causa de muerte por cáncer en esta población.

El linfoma no Hodgkin más frecuente de todos es el linfoma difuso de células grandes B, que es también el más frecuente entre esta población, la inmunodeprimida (que incluye a las personas infectadas por el VIH). Aunque la mayor parte de los enfermos inmunodeprimidos que padecen este tipo de linfoma consiguen curarse, todavía hay un 30% que no superan este linfoma.

A muchos de los enfermos que tienen una inmunodepresión por VIH y un linfoma, se les detecta la presencia de otro virus llamado virus de Epstein-Barr (VEB), que en muchos casos se encuentra dentro del linfoma.

En este trabajo se demuestra que la presencia del virus de Epstein Barr en el plasma puede ser utilizada como marcador de los linfomas que aparecen en personas infectadas por el VIH, es decir, se presenta cuando el linfoma está activo y cuando desaparece del plasma es un indicador indirecto de que el tratamiento del linfoma ha sido efectivo. Además, en esta población, la presencia de este virus en plasma puede ser utilizada como marcador predictor de la aparición de un linfoma. Entre 6 y 12 meses antes de que los síntomas del linfoma se manifiesten se puede detectar el virus de Epstein Barr circulante.

Por último, lo que se ha visto es que la presencia del virus está asociada a mal pronóstico. Si hay más cantidad de virus de Epstein Barr en el plasma peor es el pronóstico del linfoma. Este mal pronóstico queda eliminado cuando se añade al tratamiento quimioterápico el anticuerpo monoclonal rituximab.

Para realizar el estudio se han utilizado muestras de plasma de 81 pacientes de linfomas relacionados con el VIH en diferentes momentos: dentro de un año antes del diagnóstico del linfoma, en el momento del diagnóstico y en respuesta completa.

Las conclusiones de este estudio determinan que se deben introducir marcadores nuevos en el estudio y seguimiento de los linfomas, que además pueden ayudar a la detección precoz de este tipo de cáncer, incluso antes de que el paciente presente algún síntoma. Además, confirma que el uso de inmunoterapia aumenta la posibilidad de curación, especialmente en algunos tipos de linfoma.

 

«Ofrecer nuevas oportunidades a los pacientes que han agotado todas las líneas terapéuticas actuales»

La mayoría de los pacientes con linfoma de Hodgkin se recuperará. El 80% se restablece tras someterse a ciclos intensivos de quimioterapia y, a menudo, a un autotrasplante de médula ósea. Para los que este protocolo de tratamiento fracasa, el siguiente “paso” es habitualmente un trasplante haploidéntico (de un familiar 50% compatible). Aun así, la mitad de estos pacientes recaen de su linfoma.

En el caso de los pacientes con linfomas no Hodgkin agresivos, también son tratados con fármacos quimioterápicos y radioterapia. Quienes recaen necesitarán un autotrasplante de médula ósea o, en algunos casos, un trasplante de un donante.

Si estas estrategias terapéuticas fallan, el paciente actualmente no dispone de más “oportunidades” en la cartera de servicios de nuestro sistema sanitario. Por ello, el equipo del Dr. Javier Briones, Jefe Clínico de Hematología del Hospital de Sant Pau e investigador del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, está desarrollando nuevas maniobras terapéuticas basadas en la inmunoterapia CAR (Chimeric Antigen Receptor), la modificación genética de los linfocitos T del propio paciente con receptores específicos para que estos ataquen células cancerosas.

Los principales retos de la inmunoterapia están en conseguir aumentar las respuestas completas (curaciones) y disminuir la tasa de recidivas de la enfermedad, reduciendo a la vez los efectos secundarios. En el campo concreto de CARs, se están desarrollando nuevos diseños para aumentar su eficacia antitumoral; por ejemplo, CARs que incluyen producción de citoquinas que aumentan el efecto antitumoral de las células del sistema inmune, o CARs con moléculas que bloquean el efecto inmunosupresor que las células del linfoma tienen sobre el sistema inmunológico.

El Dr. Briones, que también es coordinador adjunto del Grupo Español CAR de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), está desarrollando un estudio con CAR-anti CD19 para linfomas no Hodgkin. “Los resultados preliminares de esta investigación muestran que este CAR podría ser incluso más efectivo en este cáncer hematológico que en la leucemia linfoblástica aguda”, explica. Para el linfoma de Hodgkin también está en marcha un ensayo con un CAR-antiCD30. Sólo existen 2 ensayos clínicos con un CART30 en todo el mundo y solamente se han podido tratar poco más de 30 pacientes. En el grupo de investigación del Dr. Briones se está estudiando la utilización de células T de memoria con gran capacidad antitumoral para aumentar la eficacia de la inmunoterapia con las células CART en pacientes con linfoma no Hodgkin y linfoma de Hodgkin. Estos ensayos se iniciarán en 2019 y cuentan con el apoyo y colaboración de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia.

 

* Según datos de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

** Según datos del informe del Registro Español de Tumores Infantiles (RETI-SEHOP) 1980-2016 presentado en mayo de 2017.

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