El aislamiento

Uno de los efectos secundarios más generalizados a causa del tratamiento con quimioterapia entre los pacientes oncohematológicos es el de quedarse inmunodeprimidos, es decir, sin defensas que protejan su cuerpo frente a agentes externos como virus, infecciones… Y en ese momento es cuando entra en juego el aislamiento, la habitación de hospital de aislamiento.

Un paciente hematológico puede pasar mucho tiempo en aislamiento, ya sea en una habitación de hospital o, durante y post trasplante de médula ósea en una cámara de aislamiento.

¿Para qué sirve una habitación de aislamiento?

Cuidado, paciente en neutropenia”, reza un cartel casero enganchado en la puerta. Eso quiere decir que el paciente que está en la habitación está “neutropénico”, con un número anormalmente bajo de neutrófilos (un tipo de glóbulos blancos) en la sangre. Según el National Cancer Institute de Estados unidos, un neutrófilo es un “tipo de célula inmunitaria. Uno de los primeros tipos de células que van al sitio de una infección. Los neutrófilos ayudan a combatir infecciones porque ingieren los microorganismos y segregan enzimas que los destruyen. Un neutrófilo es un tipo de glóbulo blanco, un tipo de granulocito y un tipo de fagocito”. Así que, un paciente neutropénico es un paciente irresistible para cualquier infección. Va sin coraza.

  • Neutrófilo

Imagen tomada con un microscopio óptico en la que se observa un neutrófilo rodeado de glóbulos rojos en un frotis sanguíneo. Tinción de May Grünwald-Giemsa. Fuente Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Neutr%C3%B3filo

La habitación de aislamiento es una habitación de hospital completamente aséptica: tiene las ventanas selladas (no, no se ventila la habitación al uso ), un circuito de ventilación propio, y, en muchos casos, una doble puerta de acceso. Por lo general solo puede haber un acompañante con el paciente, y todas las personas que entran en ella, han de “disfrazarse”. Gorro, guantes, mascarilla, bata, calzas… Ahora, con la situación que ha acontecido tras la pandemia desencadenada por el Coronavirus, hemos comenzado a normalizar ver a personas con mascarillas, gafas o guantes. Pero, sin el precedente del COVID19, ver cómo hay que entrar en una de esas habitaciones es todo un cuadro Y de esta manera recibía las visitas:

Imagen tomada durante un periodo de aislamiento debido a neutropenia derivada del tratamiento con quimioterapia contra la leucemia. Las visitas han de desinfectarse y utilizar gorro, guantes, mascarilla, bata y calzas para poder entrar a la habitación.

A veces los pacientes llegan a estas habitaciones como medida de profilaxis. Si tras algún ciclo de quimioterapia el paciente está neutropénico, sin defensas, se le puede ingresar para prevenir cualquier contratiempo que se pudiese dar. También puede darse el caso de que el ingreso en una habitación de aislamiento se produzca porque el paciente está inmunodeprimido y ha comenzado a tener fiebre, o cualquier otro indicio de que algo no va bien, y toca comenzar con medicación para poder compensar la deficiencia de defensas del propio cuerpo.

Y sí, en muchas ocasiones el ingreso es de varios días, incluso varias semanas. O se puede estar en un punto del tratamiento que se pasa más tiempo en esa habitación, aunque no sea en días consecutivos, que en nuestra propia casa.

Sí. Entre cuatro paredes, sin poder salir. Y apenas recibiendo unas pocas visitas, bajo todas las precauciones del mundo.

 

Cuando la vida se reduce a una habitación

Estar en un sitio en el que has de estar casi por obligación, no es grato. De repente el trayecto al instituto o a la universidad, la rutina diaria, el trabajo, las horas que pasabas en casa, los momentos con los amigos los fines de semana, no están. La vida parece que se para y toda ella se reduce a una habitación.

Es muy duro verse obligado a renunciar a tantas cosas. Es injusto, como muchas de las consecuencias que, por desgracia, tienen la leucemia o cualquier otro tipo de cáncer hematológico. No es extraño sentir que esa habitación es poco menos que una cárcel y concebirla como un castigo que no nos merecemos.

Aceptar las primeras veces, ya sea por un ingreso programado o por un ingreso improvisado, tener que pasar ahí unos días es muy duro. Y puede hacerse más duro según pasan los días, y más si cabe, si no hay una fecha concreta de salida, si todo depende de cómo vayan saliendo los resultados de las analíticas.

Aceptarlo requiere un gran esfuerzo mental, una gran labor psicológica que nos hace ver que estamos allí a consecuencia de algo que ha cambiado nuestra vida por completo. Recibir un diagnóstico de cáncer no se asimila de la noche a la mañana, no es sencillo. Parece tan irreal que nos haya tocado a nosotros, que realmente estemos afrontando esa batalla, que durante el tiempo que vamos procesando tantos cambios y emociones, hay contextos que nos hacen ser plenamente conscientes de la realidad. Uno de ellos puede ser verse allí dentro, en la habitación de aislamiento.

Pero tras aceptar que es lo que toca, y con todo el derecho del mundo a sentir rabia, frustración y cansancio en determinados momentos… todo va a ir a mejor. Y, además, a lo largo de esos ingresos en la habitación de aislamiento tu percepción sobre ella irá cambiando. Puede que no acabe siendo la cárcel que concibes ahora.

 

Cómo huir del aislamiento estando en aislamiento

Es probable que no sean ni una ni dos las veces que un paciente tenga que estar ingresado en una habitación de aislamiento. Es probable que cada uno de esos ingresos no sean cortos, de hecho, en algún caso se alargan, como decíamos al comienzo, semanas. Así que una de las cosas que puedes tratar de hacer es sentirte cómodo en esa habitación, sentir que esa habitación es tuya. De aislamiento, sí, pero tuya, al fin y al cabo.

Claudia, expaciente de linfoma, estuvo ingresada en dos ocasiones en una habitación de aislamiento para someterse a sendos trasplantes de médula y así decoraba su habitación.

Hay muchas maneras de conseguir esa sensación. Puedes tratar de decorar las paredes con esas fotos que tienes en tu habitación de casa. Esas fotos en las que aparecen todas las personas que están luchando contigo. Que la habitación deje de ser una habitación más de aislamiento y pase a ser tu habitación de aislamiento depende de ti. Claudia, compañera de la Fundación y expaciente de linfoma, tuvo que someterse en dos ocasiones a un trasplante de médula ósea para superarlo y como ella misma asegura, “por suerte solo estuve ingresada en los dos trasplantes. ¡Lo que peor llevaba era no tener ventanas! Ni en la habitación ni en toda la planta.” Y decidió darle un toque familiar a las paredes de su habitación, como se puede observar en la imagen. “La decoración, ¡muy importante! Tienes que sentirte como que esa es tu habitación, hacértela tuya y convertirla en algo más que esas cuatro paredes frías de hospital. Fotos de tus amigos, algún dibujo o dedicatoria… durante el trasplante un día apareció de repente una amiga mía que venía de la copistería con un montón de fotos para que tuviera a mis amigas bien presentes

 

Además, también puedes hablar con tu equipo médico y consultar si es posible poder introducir en ella artículos que a ti te ayuden a que todo sea más llevadero. En muchas ocasiones las enfermeras y las auxiliares son las encargadas de ayudarnos a desinfectar todos aquellos “pequeños electrodomésticos” que queramos introducir. Algunos de estos podrían ser:

Una tostadora de pan: sí, una tostadora. Por lo general, con el tratamiento, se suele llevar una dieta normal y corriente, a no ser que los médicos nos indiquen lo contrario. La variedad de los menús del hospital tampoco es que sea mucha, por lo que… unas tostadas por la mañana o un sándwich de jamón y queso calentito por la tarde, puede hacer el día diferente. Y más si estás en esos días en que los corticoides te están provocando esa hambre descontrolado.

En mi caso, me hizo los ingresos mucho más llevaderos: el menú puede volverse muy monótono, y tener la opción de un desayuno o una merienda alternativa a las diferentes opciones que te propone la cocina del hospital, puede llegar a ser un lujo. Han pasado algunos años desde que no paso, por suerte, por una habitación de aislamiento, y sin embargo, mi madre y yo aún recordamos las mañanas en las que la habitación olía a tostadas y nos transportábamos un poquito a una mañana normal en casa. ¡Benditas mañanas normales en casa desayunando!

Una nevera: de las pequeñas, portátiles. Llénala con cosas que te gustan, como en casa. Tener agua fresquita, yogures, o un sitio donde guardar los bombones que nos traen… puede ser una gran idea. La mermelada y la mantequilla para las tostadas de por la mañana no pueden faltar. Y no hay que olvidar que cuando se pasa tanto tiempo en el hospital se es consciente de la gran cantidad de dinero que se llevan las típicas máquinas expendedoras de los pasillos, ya sea para coger alguna bebida o para picar algo. Con la nevera, a la larga, además, vamos a ahorrar un dinero.

En mi caso siempre tenía la nevera, sobre todo, para tener bebidas frías: agua, zumos para el mal sabor de boca que producen algunas medicaciones, acompañamiento para las tostadas o para los sándwiches, algún postre… y sí, todos los dulces que suelen traer las visitas. Y, por supuesto, también es de gran utilidad para la persona que nos esté acompañando, ¡así que a buscar la manera de sentirnos lo más cómodos posibles!

  • Comida de hospital en aislamiento

Bandeja de comida de hospital. Por lo general el menú no es muy variado, y a veces, guardando todas las medidas de seguridad para el paciente, se permite incluir extras para llevar mejor esos largos días de ingreso.

La televisión: ante estas situaciones de ingresos de larga duración los equipos médicos suelen ser flexibles y compresivos. Y quizá en casa tienes una TV más grande que la del hospital. Así que sí, puede ser una época de ver cine y películas como nunca antes. Consúltalo y móntate tu propia sala de cine para pasar los días de una forma más entretenida. ¡Hay que evadirse! Además, en muchos hospitales las televisiones que nos encontramos funcionan por horas previo pago. También estaríamos ahorrando, cosa que nunca viene mal.

Al segundo ingreso en aislamiento lo consulté con mi equipo médico, y desde entonces una de las piezas fundamentales del “kit para ingresar” era la tv. Y la verdad es que entre buenas películas o series, los días pasan de otra manera.

La vídeoconsola: efectivamente, si eres una de esas personas a las que se pasan las horas volando jugando a videojuegos, no dejes de hacerlo. Primero porque evadirnos, al igual que con la televisión, es algo mucho más productivo que quejarse por estar allí. Y segundo porque puede que alguna visita se acabe convirtiendo en un rato muy divertido. Normalizar algunas situaciones es complicado, pero se puede.

A pesar de que cuando nos ingresan en aislamiento es para que no corramos riesgos los pacientes, y las visitas se restringen mucho para evitar contratiempos, hay pocas cosas tan difíciles de olvidar como olvidarse por completo de que estás en un hospital. La concentración, los piques y las bromas jugando a la consola con esos amigos de toda la vida que me iban a ver un rato y acababan yéndose porque las enfermeras ya nos comunicaban que se acababa el horario de visitas, eran pura vida.

El ordenador o la tablet: nos pasamos gran parte del tiempo conectados a internet, solos o interactuando con amigos o familiares. Es importante recordar que parte de los hospitales cuentan con redes wifi que nos permiten seguir conectados al mundo desde el ordenador, la tablet o el móvil. Puede que la ventana de la habitación de aislamiento esté sellada, pero tienes una ventana al mundo por la que puedes seguir asomándote mientras dura todo este proceso, valóralo y sácale partido.

No abandonar las aficiones es clave y mantenerse ocupado, también. Todos esos días en los que no tenemos ganas de nada son legítimos y no hay que sentir el más mínimo remordimiento. Pero si el cuerpo y la mente nos acompaña… ¡hay que aprovechar! Yo traté de buscar cursos gratuitos de creación de páginas webs y de edición fotográfica.

Libros y cuadernos: si te gusta leer y/o escribir, tampoco pueden faltar en el pack para conseguir evadirnos del aislamiento. Es un momento para empezar con esas lecturas pendientes y escribir sobre todo lo que la enfermedad y su tratamiento nos hace sentir. Puede ser una forma de terapia para hacer más soportable la situación.

Una de las cosas que más hice desde el momento en que me diagnosticaron fue buscar testimonios de otras personas con mi mismo tipo de leucemia y a poder ser de edades similares a la mía. Me ayudaba, como ninguna otra cosa podía hacer, leer experiencias de otros expacientes que describían perfectamente lo que yo estaba pasando y sintiendo. Un día decidí hacer lo mismo para poder ayudar a quienes viniesen por detrás en busca de referencias, y así comencé a escribir un blog. Poder expresar todo lo que la lucha nos hace sentir es muy sano y en mi caso fue una gran medicina. Además, me consta que a otros pacientes encontrar mi blog les ha supuesto un revulsivo de energía positiva, y eso es increíble.

Pequeñas máquinas de deporte:  si eres una persona deportista y tu estado de salud lo permite, es probable que te faciliten poder tener alguno de esos artilugios que nos permiten mantenernos activos dentro de lo que cabe. Una máquina para dar pedales sentado puede ser una gran opción para desentumecerse.

Cuando estaba en aislamiento y no tenía sintomatología de nada, es decir, estaba neutropénico pero me encontraba bien, siempre me la llevaba. ¡De hecho, alguna etapa del Tour de Francia se me hizo hasta divertida con algo que jamás había usado en casa!

Lo que te ayude: cada persona es un mundo, y puede que concretamente a ti haya algo en particular que te haga sentir como en casa. Desde la almohada hasta tu propia ropa. No dudes en consultarlo, todo lo que pueda ser desinfectado y compatible con estar en aislamiento, es probable que lo puedas llevar contigo.

Yo siempre llevaba mi almohada y mi propia ropa para estar ingresado. La almohada por manía, y mi propia ropa porque no quería llevar vida de hospital. Tocaba hacer vida en el hospital, pero tenía claro que no quería llevar todos los días aquel pijama azul. ¿A ti tampoco te gusta el pijama del hospital? ¡Pues no se hable más!

  • Calendario de adviento en aislamiento

En la imagen se aprecia un calendario de adviento. Puede suceder que el ingreso se produzca durante fechas señaladas y como muchos pacientes y expacientes confirman, se pueden disfrutar de una manera diferente pero muy especial.

Cuando la habitación de aislamiento deja de ser una cárcel

Pasa con frecuencia. A unos pacientes antes, a otros después. Hay un día en que, como por arte de magia, ves esa habitación de una forma diferente.

Quizá es porque ya se lleva un tiempo en tratamiento y se ha pasado por ella en varias ocasiones y, claro, uno se acaba familiarizando. También puede ser porque, precisamente por llevar algún tiempo en tratamiento, se ha vivido algún susto importante debido a los efectos secundarios de la medicación: una fiebre de esas que llegan de repente y muy fuerte, o un dolor de huesos o articulaciones que no se calma con el típico paracetamol, o cualquier cosa que nos hace sentir que en el hospital estamos más seguros. Que, en el hospital, y precisamente en esa habitación, nos sentimos más seguros.

Porque, aunque pueda parecer al comienzo un castigo, uno acaba siendo muy consciente de que esa habitación es un regalo, un privilegio, el resultado de tener la gran fortuna de estar tratándonos en hospitales públicos que cuentan con todos los recursos necesarios para hacer posible vencer esta batalla.

¿Alguna vez has pensado en cómo eran los tratamientos hace algunos años? ¿En todos los lugares del mundo en los que, aún hoy en día, no cuentan con un sistema sanitario ni los medios para hacer frente a enfermedades como el cáncer? En muchos lugares la quimioterapia es difícilmente accesible y habitaciones de aislamiento, como las de nuestros hospitales, una utopía.

Por eso mismo, si aún estás llevando muy mal tener que estar ingresado en una habitación de aislamiento trata de darle la vuelta a la situación. Durante la enfermedad y su tratamiento se experimenta un gran cambio a nivel personal, y gran parte de ese crecimiento enriquecedor se produce en esas habitaciones. ¿Quién nos iba a decir que la felicidad podía consistir únicamente en abrir una ventana y que nos pudiese dar el aire un poco? ¿Quién, que un día eso que creíamos una cárcel se iba a convertir en nuestro centro de operaciones para ganar la batalla de nuestras vidas?

Haz tuya esa habitación, sé consciente de lo gran fortuna que es disponer de ella, ¡y muchísimo ánimo! Con el tiempo la recordarás con un cariño especial

 

Pdta: Si alguna vez tienes que verte confinado en casa por algún coronavirus, te quejarás muy poco y lo llevaras con mucha mejor actitud que otras personas… porque conocerás la diferencia entre haber estado confinado realmente, y estar en casa, que mucha gente no lo valora, pero es un mundo.

Los ensayos clínicos

“Entonces el doctor o doctora te comenta: ‘Otra opción puede ser la de participar en un ensayo clínico’. Y a ti te asalta la duda, ¿Eso es bueno o es malo?”

Marta Palomo, investigadora del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras en el grupo Barcelona Endothelium Team, nos explica qué son los ensayos clínicos.

 

Es por ello que debes saber que, antes de que cualquier tratamiento sea utilizado en personas, se estudia con líneas celulares y animales para comprobar que sea útil y seguro, y conocer sus posibles efectos secundarios. Entre que una molécula empieza a investigarse y llega al mercado pueden pasar más de 20 años, y se estima que de cada 20.000 dianas terapéuticas que se valoran de manera inicial en los laboratorios, solo una llegará a la práctica clínica habitual.

Tras una fase experimental, de entre seis y ocho años, se llega a la fase del ensayo clínico que es, “la primera alternativa y, muchas veces, la única de probar nuevas moléculas o esquemas de tratamiento contra las enfermedades hematológicas”, explica el Dr. Carlos Fernández de Larrea, hematólogo del Hospital Clínic de Barcelona.

Los ensayos son en realidad proyectos de investigación en el que participan personas (sanas o enfermas) con el objetivo de saber si un tratamiento es seguro y eficaz y, además, responder preguntas específicas como, por ejemplo, qué dosis del nuevo fármaco es la más adecuada, o qué toxicidad puede tener. Para ello los ensayos tienen distintas fases que van de la I a la IV (se utilizan números romanos).

 

Primero A y luego B

En una primera fase, que suele durar entre uno y tres años, participa un número reducido de voluntarios sanos en los que se prueban distintas dosificaciones del fármaco y se busca obtener información relativa a su seguridad, tolerancia o biodisponibilidad (absorción, distribución, llegada a los tejidos diana…. Son particulares los ensayos pediátricos y los relativos a enfermedades hemato-oncológicas, puesto a que en esta primera fase participan directamente pacientes.Son fármacos que pueden tener un perfil de toxicidad o de complicaciones a las que no puedes exponer a un persona sana”, comenta Fernández de Larrea. De todos modos, según este experto, los pacientes que participan en un ensayo clínico se benefician de un seguimiento “extremadamente meticuloso y riguroso”.

En los ensayos de fase II el objetivo es evaluar la efectividad de un medicamento, y se enrolan entre 100 y 300 pacientes, y en la fase III ya participan entre 1.000 y 5.000 pacientes y suelen ser estudios internacionales en los que están implicados varios hospitales y se compara el nuevo tratamiento con los ya existentes o con placebo.

En ensayos hemato-oncológicos ningún paciente va a recibir solo placebo como tratamiento.Esta estrategia solo se permite en ensayos muy particulares que testan fármacos para la prevención de enfermedades premalignas –aclara el hematólogo–. Lo más frecuente es comparar dos opciones terapéuticas: la primera es la de práctica clínica habitual y la segunda dicha práctica más el nuevo fármaco”.

Los estudios de fase IV se realizan cuando el fármaco ya está comercializado e implica el seguimiento exhaustivo de su uso en el ‘mundo real’.

 

Pacientes empoderados y proactivos

¿Qué hacer si un paciente o familiar descubre que existe un ensayo clínico del que podría beneficiarse? Fernández Larrea responde sin dudar, “Normalmente los médicos están al día de todos los ensayos vigentes, pero los pacientes son libres de explorar otras opciones. Si se da el caso, lo primero es comentarlo con su doctor o doctora quien, si es posible, tramitará un informe y solicitará la evaluación al centro donde se esté realizando el ensayo”.

El poder participar o no dependerá de ciertas condiciones. Deben cumplirse lo que se conocen como criterios de inclusión que abarcan desde características propias de la enfermedad y el paciente a los fármacos que haya recibido previamente. Los criterios de exclusión en cambio son características que no permiten la incorporación del paciente en el ensayo.

En países como Estados Unidos los pacientes son muy proactivos en la búsqueda de ensayos clínicos que les puedan ser de utilidad. “Es una conducta positiva”, asegura el hematólogo. Los pacientes que tengan interés pueden acceder, vía internet, a toda la información relativa a ensayos clínicos:

– a nivel español, en el Registro español de ensayos clínicos

– a nivel europeo, en el EU Clinical Trial Register (en inglés)

– a nivel internacional, en el Clinical Trials (en inglés)

La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia también cuenta con un buscador de ensayos clínicos específico para hematología: Hemotrial.

 

Qué hay que saber de un ensayo clínico

El paciente puede y debe compartir con su médico absolutamente todas las dudas que tenga”, insta Fernández de Larrea. El consentimiento informado es una documentación que se le da al enfermo para que lea de manera cuidadosa antes de participar en el estudio, que contiene toda la información relevante sobre el mismo y que debe firmar.

Datos importantes que deben conocerse son qué tipo de fármaco se va a probar, cuáles han sido los resultados hasta el momento, sus potenciales beneficios, qué toxicidad y efectos adversos se pueden esperar, qué alternativas de tratamiento existen fuera del ensayo clínico y si hay una rama experimental y una control o solo una rama experimental. “En fases de recaída o de progresión puede haber ensayos en los que todos los pacientes reciban lo mismo – cuenta el facultativo–. En estos casos la posibilidad de probar una nueva molécula siempre es atractiva, ya que cualquier resultado es mejor que nada”.

A lo largo del ensayo se realizan análisis periódicos de los resultados, de manera que si una rama experimental va mucho mejor o peor que la otra se toman las decisiones pertinentes. Un ejemplo sucedió con el tratamiento del mieloma múltiple. En su momento, y durante un ensayo clínico, se detectó que la rama experimental en la que se administraban derivados de la talidomida y el fármaco bortezomib ofrecía una respuesta mucho mejor que la práctica habitual. Los resultados fueron tan positivos que el nuevo tratamiento se incorporó rápidamente a la práctica habitual. “El descubrimiento de fármacos que cambian la historia de una enfermedad no es tan frecuente como nos gustaría, pero sucede”, expresa Fernández de Larrea.

 

Resultados cada vez más asequibles

Es importante saber que un paciente pude retirarse del ensayo clínico en cualquier momento, sin dar ninguna explicación y sin que ello tenga ninguna consecuencia en la relación con su médico”, aclara el doctor. En estos casos, las opciones terapéuticas del enfermo volverán a ser el tratamiento habitual u otro ensayo clínico.

Los resultados de los ensayos clínicos deberían ser siempre de acceso público. A nivel científico suelen serlo ya que los datos se presentan en conferencias y se publican en revistas especializadas. Pero esta información suele estar en inglés y ser muy técnica. También deberían difundirse los resultados a toda la sociedad, pero esto último todavía no está bien implementado y se espera que la aplicación del Reglamento europeo 536/2014 de ensayos clínicos mejore la transparencia de este sector.

En definitiva, e intentando resolver la duda principal que puede tener un paciente o familiar: gracias a un ensayo clínico el enfermo puede beneficiarse de avances que aún tardarán años en llegar a la práctica clínica habitual y que pueden significar mejoras importantes. El beneficio no solo es personal, si no social ya que de los resultados de este tipo de investigaciones se beneficiarán futuros pacientes. “Nuestra recomendación, y la postura nacional, europea e internacional, es que siempre que haya un ensayo el paciente intente incorporarse”, concluye Fernández de Larrea.

 

Gracias al Dr. Carlos Fernández de Larrea por su colaboración.

Más info sobre los ensayos clínicos en el artículo “¿Qué son las pseudoterapias? Realidad y peligros?

Ototoxicidad en pacientes de cáncer infantil

A la vista de los graves efectos secundarios que ciertos medicamentos empleados en las terapias contra el cáncer causan en la audición de los niños, hemos tenido la ocasión de hablar con la  especialista en Audiología, Sheila Templado, y la doctora especialista en Otorrinolaringología María Teresa Almela de la Clínica Templado de Murcia para que profundicen en este tema.

La preservación de la audición: una asignatura pendiente en los niños con cáncer.

Ciertos medicamentos que se usan en quimioterapia (por ejemplo el cisplatino o el carboplatino), y antimicrobianos (por ejemplo la gentamicina, la tobramicina, la vancomicina y la amikacina) son tóxicos para las estructuras del oído interno y pueden causar acúfenos (percepción de pitidos o zumbidos en los oídos que no proceden de una fuente sonora externa), pérdida de audición y disfuncion vestibular (causa más común de vértigo periférico). Estos efectos secundarios, denominados “ototoxicidad”, pueden disminuir la calidad de vida psicosocial, física y general de los pacientes, y aparecer durante o después del tratamiento.

Los agentes de platino (cisplatino y carboplatino) han mejorado las tasas de curación de muchos cánceres infantiles, pero su uso puede provocar la pérdida auditiva neurosensorial irreversible de alta frecuencia; siendo un déficit progresivo al aumentar la dosis acumulativa de cisplatino.

Las conclusiones de algunos estudios científicos sobre la ototoxicidad en la población pediátrica sometida a estos tratamientos son:

– Aproximadamente el 50% de los niños tratados con regímenes quimioterápicos basados en cisplatino desarrollan algún grado de pérdida auditiva permanente.

– En altas dosis, hasta el 90% de los niños pequeños pueden sufrir déficits moderados a severos, con una pérdida auditiva grave hasta en un 25% de los casos.

Además de las causas antes mencionadas, la radiación puede afectar también al oído. Ésta puede perjudicar todas las partes del sistema auditivo. La radioterapia craneal, cuando se usa como modalidad única, generalmente produce ototoxicidad sólo cuando la dosis coclear supera los 32 Gy. La cóclea (del latín cochlea, también conocida como caracol) es una estructura en forma de tubo enrollado en espiral situada en el oído interno.

La edad del paciente joven y la presencia de tumor cerebral y/o hidrocefalia, pueden aumentar la susceptibilidad a la pérdida de audición. Sin embargo, cuando se usa junto al cisplatino, la radioterapia puede agravar la pérdida de audición asociada a los agentes quimioterápicos derivados del platino.

El inicio de la pérdida de audición asociada a la radiación puede ser gradual, manifestándose de meses a años después de la exposición.

La susceptibilidad individual a la ototoxicidad del cisplatino es variable. Se ha demostrado que, entre el 38 y el 47% de la variación humana en la susceptibilidad a la ototoxicidad inducida por cisplatino, se debe a variables genéticas.

Los niños son más susceptibles a la ototoxicidad de los agentes derivados del platino que los adultos.

El mecanismo de la toxicidad coclear del platino es a través de la interferencia con la transducción* de señales del órgano de Corti** en la cóclea. 

* En biología celular, la transducción de señal es el proceso por el que una célula convierte una determinada señal o estímulo exterior, en otra señal o respuesta específica

**El órgano de Corti u órgano espiral está en la rampa coclear o media del oído interno está y compuesto por las células sensoriales auditivas llamadas células ciliadas. Su cometido es transformar la energía mecánica de las ondas sonoras en energía nerviosa.

Se producen daños en tres estructuras concretas:

• Las células ciliadas externas (células efectoras)
• El ganglio espiral (suministro de nervio principal
de la cóclea)
• La estría vascular (suministro de sangre primaria)

Las células ciliadas cocleares (ver gráfico) están dispuestas de tal manera que cada célula ciliada es sensible a un rango de frecuencia limitado. El daño relacionado con la quimioterapia comienza en las células ciliadas externas de la base de la cóclea, donde se procesan los sonidos de alta frecuencia. Por lo tanto, el uso de compuestos de platino puede resultar en una pérdida auditiva neurosensorial bilateral que, inicialmente, involucra las frecuencias más altas (≥8 kHz). El espectro audible, también denominado campo tonal, se encuentra conformado por las audiofrecuencias, es decir, toda la gama de frecuencuas que pueden ser percibidas por el oído humano. Las frecuencias más altas corresponden a los tonos más agudos.

Con el aumento de las dosis cumulativos de quimioterapia, o cuando se combinan con otros factores ototóxicos, como la irradiación antes de la quimioterapia, la pérdida de células ciliadas puede progresar en la cóclea, e involucrar la percepción del habla.

Varios factores determinan el riesgo de pérdida de audición con el uso de agentes de platino. Los principales factores de riesgo son:

– La edad más joven

– Una mayor dosis cumulativa de quimioterapia

– Los tumores del sistema nervioso central (SNC)

– La radiación concomitante del SNC.

Otros factores que pueden contrinuir a la pérdida de audición asociada con agentes de platino. Los medicamentos como los antibióticos aminoglucósidos (como la estreptomicina, neomicina, gentamicina, trobamicina…) y los diuréticos de asa (furosemida, torasemida, bumetanida), utilizados como tratamientos complementarios, también pueden contribuir a la ototoxicidad. Además, una función renal deteriorada puede retrasar la excreción de los agentes de platino ototóxicos. La presencia de patologías del oído existentes, como una otitis crónica o acumulacióin de cerumen, por ejemplo, pueden empeorar aún más el déficit auditivo.

Pérdida auditiva en la infancia: ¿qué supone?

La pérdida de audición en los niños puede afectar a la calidad de vida, al desarrollo socioemocional, al rendimiento académico, al desarrollo psicosocial y a la adquisisción del habla y del lenguaje. La identificación temprana de deficiencias auditivas es importante para facilitar la adquisición normal de las habilidades de lenguaje, académicas, etc…, especialmente en niños pequeños.

Los programas de detección precoz y seguimiento en estos pacientes de riesgo no están generalizados en España.

En el caso de los niños sometidos a este tipo de tratamientos, la ototoxicidad pasa a un segundo o tercer plano. La vida prima sobre todas las cosas y, los efectos colaterales que pudiese tener en la audición, son un “mal menor” que, en muchos casos, hay que asumir.

Con protocolos exhaustivos y técnicas de exploración que permitan el diagnóstico precoz (como son las Otoemisiónes Acústicas por Productos de Distorsión – PD Grama – o las audiometrías de alta frecuencia (≥8 kHz)), que permiten una monitorización continuada en el tiempo de la afectación, o no, de estos tratamientos en el paciente, se podría minimizar el impacto que pudiese tener una afectación progresiva en la audición.

Las emisiones otoacústicas por productos de distorsión son una prueba muy útil para detectar los cambios en la función auditiva causados por la ototoxicidad, más en niños que no colaboran por su corta edad y que no se pueden evaluar mediante audiometría tonal o los resultados presenten una fiabilidad baja.

Respecto a la audiometría tonal de alta frecuencia, se manejan estadísticas muy elevadas de afectación. En más de un 80% de los oídos estudiados se ha evidenciado pérdida auditiva, de los que, en su mayoría, se encontraban en frecuencias superiores a ≥8 kHz.

Es de especial importancia que los niños enfermos de larga duración, tras superar la enfermedad, vuelvan a recuperar la mayor normalidad en las rutinas de su vida, esforzándonos lo máximo posible en que las condiciones sean semejantes a los niños de su edad, y que la enfermedad tenga el menor impacto posible, minimizando sus secuelas; y esto, también es necesario, en lo relativo en audición.

La concienciación sobre la importancia de la audición entre los diferentes profesionales implicados en el tratamiento del niño oncológico así como sus familias, la información y formación de las implicaciones en el dearrollo de una correcta audición en la infancia, así como las consecuencuas de su deterioro y la divulgación de estos términos en la sociedad para crear conciencia de la importancia de la implementación de la disciplina de la audiología en los pacientes oncológicos, se convierten en una tarea pendiente en nuestro sistema de salud y en nuestra sociedad.

Dra. María Teresa Almela, especialista en Otorrinolaringología

Sheila Templado, especialista en Audiología

Clínica Templado – Audiología Avanzada (Murcia)

Artículo completo AQUÍ.

Si deseas ampliar la información, puedes consultar los siguientes artículos científicos:

– Brock, P.R. et al. (1991) Cisplatin ototoxicity in children: a practical grading system. Med. Pediatr. Oncol. 19, 295–300

– Brock, P.R. et al. (2012) Platinum-induced ototoxicity in children: a consensus review on mechanisms, predisposition, and protection, including a
new International Society of Pediatric Oncology Boston ototoxicity scale. J. Clin. Oncol. 30, 2408–2417

– Irany Paz, M., Codjambassis, D., & Pinto, J. (2000). Emisiones otoacústicas en la detección precoz de ototoxicidad inducida por cisplatino. Rev
Otorrinolaringol, 60, 7-13

– Toral-Martiñón, R., Poblano, A., Collado-Corona, M. A., & González, R. (2003). Efectos del cisplatino en la función auditiva en niños con cáncer.
Evaluación por emisiones otoacústicas. Gac Méd Méx, 139(6).

– American Speech-Language-Hearing Association. Audiologic management ofindividuals receiving cochleotoxic drug therapy. ASHA 1994; 8suppl 12) 36:11-9

 

* Evidentemente, no ha habido ninguna transacción económica o interés alguno entre la clínica y las especialistas que han escrito este artículo para nuestro blog, solo el interés y las ganas de colaborar explicando un tema muy concreto e interesante. Gracias.

¿Qué son las pseudoterapias? Realidad y peligros

“Papá, me he equivocado”. Estas fueron las últimas palabras de Mario a su padre, Julián, antes de fallecer. Con 21 años, Mario padecía leucemia y, en un momento dado, decidió abandonar el tratamiento médico para abrazar una pseudoterapia liderada por un curandero que le aseguró ser capaz de curar la enfermedad a base de vitaminas. ¿Esto sucedió hace muchos años o en un país exótico? No, era 2014 y pasó en la Comunidad Valenciana.

Sí, las pseudoterapias matan”. Así lo afirma Elena Campos, Licenciada en Biotecnología, Doctora en Biociencias Moleculares (especialidad Biomedicina) y presidenta de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP). Y matan aquí, en España y a menudo a personas con un nivel cultural alto y estudios. No tiene nada que ver. Pero, empecemos desde el principio…

Vamos a ver qué es una pseudoterapia. Es una palabra que todavía no está registrada en la RAE, pero, desde el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a través del Plan para combatir las Pseudoterapias, lo definen como:     

Se considera pseudoterapia a la sustancia, producto, actividad o servicio con pretendida finalidad sanitaria que no tenga soporte en el conocimiento científico ni evidencia científica que avale su eficacia y su seguridad.

Las diferencias entre una pseudoterapia y un fármaco regulado y acreditado son abismales. Para que un fármaco salga al mercado y, por lo tanto, sea considerado un medicamento eficaz para una/s dolencia/s concretas, requiere superar una serie de fases IMPRESCINDIBLES y OBLIGATORIAS (de forma práctica y legalmente) y comprobaciones.

Como se puede comprobar en la gráfica, un medicamento puede tener una fase de pruebas, comprobaciones y vigilancia de más de 10 años. En los estudios in vitro se comprueba su eficacia en células, después se verifica en modelos animales y, a posteriori, se van realizando los ensayos clínicos en personas. Al principio, con un subgrupo muy reducido y, a posteriori, en grupos más numerosos. A su vez, muchos ensayos clínicos en Fase 3, se realizan con “doble ciego”, lo que significa que el paciente no sabe si toma el fármaco testado o placebo y el médico tampoco. Todo ello con el fin de evitar cualquier arbitrariedad.

 

De cada 10.000 compuestos que se plantean en una fase preclínica, solo uno podría llegar a convertirse en un medicamento comercializado.

Las pseudoterapias empiezan al revés: comienza comercializándose, prescindiendo de una investigación robusta y contrastada, de ensayos clínicos y de una revisión sanitaria acreditada.

¿Y cuántas pseudoterapias existen? Desgraciadamente tantas como imaginación de su creador y fidelidad de sus creyentes. Pero el Plan estatal frente a las Pseudociencias, apunta a 139. Los Ministerios de Sanidad y Ciencia están utilizando el siguiente esquema de trabajo para valorar una a una las pseudoterapias.

De momento, 73 de las 139 técnicas ni siquiera han intentado demostrar que funcionan. El Ministerio y la APETP valoran una a una estas terapias y, de momento, no ha habido evidencias científicas.

 

¿Por qué alguien podría acudir a un terapeuta no acreditado para curar su dolencia?

Los motivos son diversos, pero podrían resumirse en los siguientes según la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP):

▪ Porque el paciente se encuentra en una situación emocional de debilidad por ejemplo por una enfermedad.

▪ Porque el paciente requiere de una serie de necesidades que no están cubiertas por el Sistema Nacional de Salud.

▪ Porque alguien lo ofrece como eficaz y hace sentir al paciente especial, casi exclusivo (empatía, bienestar)

 

¿Cómo identificamos una pseudoterapia?

Si hace alusión a algunos de los siguientes puntos, ¡SOSPECHA!:

1. No está incluida en el Sistema Nacional de Salud

2. Utiliza “argumentos” o recursos habituales como los siguientes:

– apunta a la naturalidad del principio

– dice que no tiene efectos secundarios,

– tiene una procedencia “exótica”,

– se escuda bajo el criterio de “medicina tradicional”,

– su “fundador” afirma “yo descubrí esta terapia”,

– utiliza muchos tecnicismos sin sentido -por ejemplo, cuántico-,

– afirma no usar sin químicos,

– alguien dice “a mí me funciona”,

– apela a las emociones -cuerpo y mente-,

– habla de “energías”

– “tú te curas a ti mismo” -la eficacia del tratamiento está en tu psique-

 

Info complementaria que no puedes perderte:

– La web #Conprueba del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

– La web de divulgación #SaludsinBulos.

– La Guía Mitos y Pseudoterapias del Cáncer de nuestros amigos de GEPAC

– El primer informe sobre fallecidos a causa de pseudoterapias en España de 2019 elaborado por la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas

– En los destacados del Instagram de la Fundación puedes acceder a un test de conocimiento sobre pseudoterapias que realizamos en julio de 2019 y ver los resultados.

 

¿Por qué hemos realizado este artículo?

Porque a diario, en las redes sociales de la Fundación encontramos mensajes como este:

Desde la Fundación, como referentes en leucemia y otros cánceres de la sangre, creemos que tenemos el deber y la obligación de informar rigurosamente y evitar cualquier bulo, desinformación o información no contrastada que pueda poner en peligro la vida de los pacientes.

 

Otros artículos de interés:

El ‘efecto’ de la pseudoterapia en cáncer: más rechazo a la terapia médica, Redacción médica

Los pacientes de cáncer que también usan pseudoterapias duplican su riesgo de morir, El País

Pseudoterapias y bulos, un problema creciente en el tratamiento del cáncer, RTVE

Un tercio de los pacientes con cáncer ocultan que utilizan pseudoterapias, Redacción médica

Documental “Pseudociencias” de Comando Actualidad, RTVE

 

Gracias a Elena Campos, Bióloga molecular, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y Presidenta de la Asociación para proteger a los enfermos de terapias pseudocientíficas (APETP); y a GEPAC por su colaboración en esta difusión.

Leucemia, trasplantes y deporte

“No, cuando una persona tiene cáncer no puede hacer deporte”

“¿Trasplante y deporte? ¡Si hombre!”

“Reposo total, eso es lo mejor”

Nada de esto es correcto. Parece mentira, pero sí, cuando una persona es sometida a un tratamiento oncológico o a un trasplante de células madre de la sangre (u a otro tipo de trasplante) puede seguir haciendo ejercicio e incluso, a nivel de competición.

Hay cientos de testimonios de superación que lo demuestran. Uno de ellos es Blai, de Valencia. Con 23 años, Blai padecía una aplasia medular severa, una enfermedad hematológica en la que la médula ósea no fabrica correctamente los distintos componentes sanguíneos. Por ello, en 2006 se sometió a un trasplante de células madre de la sangre de una unidad de sangre de cordón umbilical localizada por la Fundación Josep Carreras.

Tras su recuperación, este valenciano IMPARABLE y actualmente hematólogo en Navarra, Blai se entrenó para continuar superándose. De hecho, ha participado en varias ocasiones en los Juegos Olímpicos para Trasplantados representando a España. Todo ello a pesar de las secuelas, a pesar de los estudios, de la quimio, a pesar de una necrosis de cadera debida al trasplante.

Por ello, hemos querido acercar al blog la plataforma TRAÏNSPLANT, una iniciativa que engloba toda la información referente al ejercicio físico para personas con enfermedad renal crónica o trasplante. Es un lugar de referencia donde podrás encontrar pautas sobre los beneficios y contraindicaciones de la actividad física en estos colectivos. TRAÏNSPLANT nace de la necesidad de conseguir un espacio donde pacientes y profesionales de la salud puedan acudir para un buen asesoramiento sobre movimiento y deporte. Hoy hablaremos con la Dra. Sonsoles Hernández, Doctora en Biomedicina, Licenciada en Ciencias de la actividad física y el deporte y fundadora y Directora en Traïnsplant.

¿Cómo puede el deporte ser útil en la recuperación de una persona trasplantada?

Sonsoles Hernández: La actividad físical mejora muchos aspectos en la persona trasplantada o con enfermedad crónica:

  • La composición corporal
  • La forma física cardiorrespiratoria
  • La resistencia muscular
  • La movilidad articular y la flexibilidad
  • El sueño
  • La digestión
  • La eliminación de productos de deshecho
  • El tono muscular y preserva o incrementa la masa muscular
  • El incremento del gasto calórico, combatiendo la obesidad y la hipertensión arterial
  • Las relaciones afectivas
  • La actividad del sistema inmune
  • El sentimiento psicológico de bienestar y la integración social
  • Fortalece los huesos y articulaciones haciéndoles más resistentes
  • La capacidad de coordinación y respuesta neuromotora
  • La imagen corporal
  • El ánimo por el incremento de endorfinas

Y la actividad física reduce también muchos aspectos a tener en cuenta para las personas trasplantadas.

  • El riesgo de desarrollar hipertensión o dislipidemia y ayuda a controlarlas
  • El riego de desarrollar obesidad y diabetes
  • El riesgo de cardiopatía isquémica y otras enfermedades cardiovasculares
  • El riesgo de osteoporosis
  • El riesgo de desarrollar varios tipos de cánceres (colon, mama, próstata…)
  • El riesgo sarcopenia (pérdida de masa muscular)
  • La  incidencia de lumbalgia
  • Los sentimientos de depresión y ansiedad
  • El riesgo y consecuencias de las caídas
  • El riesgo de rechazo del injerto
  • La depresión y ansiedad inducidos por le tratamiento
  • La hospitalización
  • La ingesta de medicación

 

¿El sedentarismo tiene riesgo?

S.H: La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que dicha falta de actividad provoca más de dos millones de muertes al año. Se sabe que la combinación de una dieta inadecuada, una actividad física insuficiente y el consumo de tabaco son la causa de hasta el 80% de las cardiopatías coronarias prematuras. En personas trasplantadas la inactividad puede conllevar problemas musculo esqueléticos, incremento de hipertensión y diabetes e incluso rechazo del injerto. Por ello, las personas trasplantadas deben realizar programas de ejercicio físico para mantener una buena condición física que ayude a mejorar su calidad de vida post trasplante. La pérdida de masa muscular y capacidad cardiorrespiratoria aumenta el riesgo de pérdida del injerto y la necesidad de dependencia por fragilidad.

¿Cuándo es recomendable empezar a ejercitarse?

S.H: El ejercicio físico está indicado en todas las etapas. Se han estudiado los beneficios del ejercicio físico pre trasplante, siendo uno de los hallazgos más importantes la aceptación del injerto o tejido y las posibilidades de una buena recuperación. A todo ello se le suma la disminución de medicación (en algunos casos).

 

¿Qué tipo de deportes son los más idóneos?

S.H: Los deportes más aconsejados son aquellos que se practiquen de forma progresiva. Cuando el trasplante es de órgano sólido o médula ósea los deportes que combinan resistencia y fuerza muscular son los más adecuados por su componente metabólico y por las mejoras cardiorrespiratorias que conllevan.

A partir de los años ’90 los deportes de fuerza se han incluido dentro de la lista de “recomendados” y el entrenamiento que previene de lesiones está de actualidad.

 

¿Hay alguno desaconsejado?

S.H: Para personas trasplantadas de órgano sólido se desaconsejan deportes de contacto, como los de lucha, para evitar que el órgano se vea afectado por dicho contacto. En el caso del trasplante de médula ósea, la fatiga suele ser el componente más característico, por ello se pueden realizar casi todo tipo de deportes siempre y cuando se practiquen de forma progresiva y atendiendo a los datos clínicos de las revisiones. Los deportes extremos de larga duración y de alta intensidad solo podrían realizarlo trasplantados con una buena condición física. Muchos trasplantados realizan este tipo de deportes y, para conseguir buenos resultados, las revisiones médicas y un buen programa de entrenamiento individualizado es la clave para conseguirlo.

 

¿Cuál es el funcionamiento de vuestra organización? Pongamos que soy una persona trasplantada y que voy al centro para empezar con vosotros. ¿Qué pasos tendría que seguir?

S.H: En Traïnsplant entrenamos a personas en situación de pre, peri y post trasplante. 

Contactan con nosotros a través del correo info@trainsplant.com, de nuestra web www.trainsplant.com o de las redes sociales. Además, el personal sanitario conoce cada vez más nuestro trabajo y nos los derivan para poder asesorarlos.

Una vez contactan con nosotros el equipo multidisciplinar se reúne y estudia el caso para establecer las pautas más adecuadas para él o ella. A partir de aquí iniciamos los trámites de entrenamiento presencial o asesoramiento online. Estamos en contacto permanente con ellos y la intención siempre es hacerles lo más autónomos posibles para que puedan entrenar en el lugar y forma que el resto de sus compañeros o familiares.

En varias ocasiones hemos puesto en contacto a personas en la misma situación clínica para que puedan compartir sus vivencias deportivas. ¡Así todo es más sencillo! Los profesionales los acompañamos en el camino para mejorar su salud, eliminar las dudas y miedos y, a partir de aquí, de su vida deportiva.

Cada servicio tiene una tarifa. Por el momento tenemos servicio de psicología deportiva, nutrición, valoración física y entrenamiento.

A las personas que inician con nosotros los entrenamientos les hacemos llegar un documento de consentimiento informado donde dan su conformidad a utilizar sus datos para trabajos científicos. El objetivo es que podamos crear una base de datos solvente para conocer las necesidades reales de las personas trasplantadas y donantes en lo que refiere a ejercicio físico.

 

¿Qué tipo de entrenamientos realizáis?

S.H:  Cualquier persona en esta situación que  quiera entrenar con nosotros encontrará 3 opciones de entrenamiento. En base a sus características, estado de condición física y posibilidades le recomendamos:

Entrenamiento personal presencial: la persona contactan con nosotros y le facilitamos un entrenador personal en su zona. Las sesiones las realizamos 1 o 2 veces por semana, dependiendo de las necesidades o los retos deportivos que nos plantea el donante o receptor.

Entrenamiento grupal: ésta opción la estamos iniciando con buenos resultados. En varias ciudades de España hemos creado grupos de entrenamiento para personas trasplantadas. Hemos iniciado en Madrid y Valencia y el objetivo es crear grupos reducidos de entrenamiento donde la persona pueda tener la supervisión de un profesional y también pueda compartir su situación con más trasplantados. La parte social era imprescindible crearla y con este tipo de sesiones lo estamos consiguiendo.

Asesoramiento online: para poder llegar al mayor número de personas trasplantadas y donantes realizamos asesoramiento online donde nos comunicamos con ellos para comentarle las recomendaciones y contraindicaciones  de entrenamiento acorde a sus características, su perfil bioquímico y su condición física.

 

¿Qué profesionales forman Traïnsplant?

S.H: Actualmente en el equipo Traïnsplant contamos con médicos deportivos, psicólogos, nutricionistas, enfermeros, farmacéuticos, licenciados en ciencias de la actividad física y el deporte e investigadores del ámbito de la actividad física y la salud.

 

Más información en:

Actividad física en el paciente de cáncer. American Cancer Society

Guía de ejercicio físico y nutrición para pacientes con cáncer de mama localizado y avanzado. SEOM

 

Se tiene que luchar para ir ganando, poco a poco, cada una de las batallas que te presentará tanto la enfermedad como la vida. Se tiene que mantener siempre la esperanza de que la situación se revertirá y, por encima de todo, se tiene que soñar y continuar soñando siempre, porque soñar y vivir van cogidos de la mano, y mientras soñamos, estamos manteniendo encendida, más que nunca, la llama de la vida”.

Albert, expaciente de linfoma de Hodgkin de 34 años, ya practicaba deporte de forma asídua antes del diagnóstico. Durante el mismo, siempre que podía, corría, practicaba senderismo o ciclismo. Ahora, tras superar el linfoma, ha vuelto al deporte de competición.

Chemo brain: Cuando el cerebro también se somete a quimioterapia

¿Dónde están las llaves? ¿Qué cené ayer?  Son cuestiones de la vida cotidiana que la gente afectada por Chemo Brain pueden tener cierta dificultad en responder. Si indagamos en los efectos secundarios de un tratamiento de quimioterapia, lo primero que puede venir a la cabeza es la caída del cabello, pero hay otro tipo de secuelas menos frecuentes:  una de ellas, es la ‘Quimio cerebro’, como se conoce en español.

Según fuentes de la American Cancer Society esta dolencia se puede producir por los cambios que generan en el cerebro ciertos tratamientos para combatir el cáncer. Como confirman las investigaciones realizadas, estas alteraciones ocurren en las partes del cerebro que tienen que ver con la memoria y la planificación, por eso algunos pacientes pueden padecer ciertos problemas de amnesia. Pero, exactamente ¿de qué se trata? para la Cancer Research UK los efectos que produce el Chemo Brain son una pérdida de memoria reversible, dificultad para encontrar la palabra concreta para definir una situación u objeto, problemas para seguir de manera fluida una conversación, dificultad para lograr concentrarse, apuro para poder llevar a cabo diferentes tareas al mismo tiempo, fatiga, confusión y lo que se conoce como ‘neblina mental’ o cierto aturdimiento. Así lo relata Lucía González que a los 22 años fue diagnosticada de leucemia y sometida a un trasplante de médula ósea de un donante no emparentado, “Recuerdo que, desde que me suministraron la quimioterapia, perdí la capacidad de concentración y algo de memoria. Al principio fue muy acusado hasta el punto de no poder leer ni dos páginas seguidas de una novela. A medida que fui recuperándome y, al poner de nuevo en práctica el hábito de la lectura, volví a poder concentrarme”, comenta Lucía.

Este efecto secundario puede incidir entre el 17% y el 50% de hombres y mujeres, indistintamente, que padece un cáncer, según datos de la Cancer Researck UK. Para la mayoría de estos pacientes los síntomas desaparecen o mejoran muchísimo tras finalizar el tratamiento pero, en algunas ocasiones, pueden permanecer a largo plazo y extenderse durante años (mucho menos frecuente).

En muchas ocasiones le paciente puede sentirse angustiado. Por ese motivo es aconsejable seguir algunas recomendaciones para minimizar al máximo las consecuencias de este efecto secundario:

– Utilizar agenda para planificar las tareas

– Ejercitar su cerebro. Crucigramas, clases de idiomas… aficiones que le permitan mantenerse activo

-Descansar y dormir

– Llevar a cabo algo de actividad física

– Comer vegetales ya que su ingesta se relaciona con la conservación de las capacidades cognitivas al envejecer

– Establecer y seguir ciertas rutinas

– Tratar de no realizar diferentes tareas al mismo tiempo

– Pedir ayuda cuando se necesite

– Registrar los problemas de memoria

Las diferentes asociaciones aconsejan que el paciente hable con su médico sobre este efecto secundario y de todos sus síntomas. A la visita puede ser recomendable acudir con una lista de todos los medicamentos que el paciente está tomando, ir acompañado con algún familiar o amigo con quien compartir el diagnóstico médico o incluso visitar a un neurólogo.

En el amor y el cáncer

La fundación Más que Ideas ha editado ‘En el amor & en el cáncer. El libro para las parejas de los pacientes’. Esta guía quiere ayudar a mejorar la calidad de vida de la persona que acompaña al enfermo. En palabras de su coautora, la psicooncóloga, Fátima Castaño: “Este libro surge de la necesidad de ofrecer un recurso novedoso para los afectados. Todas aquellas personas que viven de forma paralela y muchas veces silenciosa las emociones, las incertidumbres y los miedos de los propios pacientes”.

La guía cuenta con un total de 12 capítulos en los que se repasan temas cómo la llegada de la enfermedad, el cambio de roles en la pareja durante la convalecencia o consejos sobre cómo afrontar los posibles estragos que el cáncer trae a la sexualidad de la pareja.

`En el amor & en el cáncer. El libro para las parejas de los pacientes’ también repasa, entre otros temas, cómo comunicar la noticia a los niños de la casa o cómo afecta la enfermedad a los planes familiares y da algunas pautas para ayudar a sobreponerse a la situación. En palabras de su coautor, el trabajador social experto en salud, Diego Villalón: “Proponemos diferentes soluciones para que puedan mejorar su situación de vida. Sirve para que las parejas se comprendan, se entienda y para que sepan poner nombre a lo que están sintiendo. Para que sean conscientes que no hay una única manera de vivirlo y deben buscar aquella en la que se sientan más cómodos”, afirma.

“Este libro es importante porque el foco siempre se pone en el paciente y la mayoría de las veces la pareja pasa desapercibida”, comenta la compañera de un ex paciente de cáncer que ha participado en la divulgación de esta guía. En boca de algunas parejas que han superado un cáncer, cuando llega la noticia prácticamente toda la información que se recibe es médica y la atención psicológica queda en un segundo plano y “es importante tener soporte. Creo que las parejas de las personas que tienen cáncer no somos los protagonistas, pero somos una pieza clave para el bienestar de la persona que lo sufre”, concluye la pareja de otro ex paciente de cáncer.

Además de este libro, la fundación Más que Ideas tiene muchos otros recursos de interés para enfermos de cáncer y sus familias en su página web:  

 https://fundacionmasqueideas.org/portfolio/amorycancer2/

 

¿Es seguro tener una mascota en el transcurso de una enfermedad hematológica?

Dan compañía, son uno más de la familia y muchas veces se convierten en nuestros mejores amigos. Según un informe de 2018 de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC), en España existen más de 20 millones de mascotas.

Es decir, que, en casi el 40% de los hogares, hay un animal de compañía, pero… ¿Qué sucede cuando uno de los miembros de esas familias es diagnosticado de cáncer? ¿Se puede vivir con animales mientras se está llevando a cabo una recuperación hemato-oncológica?

Las personas con tengan el sistema inmunitario debilitado y que tengan mascotas, lo más recomendable es que consulten directamente a su hematólogo u oncólogo para conocer de primera mano las particularidades de cada caso y saber las situaciones en las que se tiene que prestar especial atención. Pero, vamos a repasar algunos consejos en rasgos generales.

Es aconsejable lavarse siempre las manos después de tocar a cualquier animal y mantener éste y su entorno en perfectas condiciones: someterlo a un control veterinario, asegurarse que tiene todas las vacunas al día, desparasitarlo y mantenerlo a él y al entorno en el que duerme y come bien limpios. Así mismo, se aconseja el uso de guantes y mascarilla para limpiar las heces, los vómitos o limpiar el orín de la mascota.

En el caso de querer adoptar, es recomendable que la mascota tenga más de un año. Los animales más jóvenes, que aún están siendo educados, son más propensos a hacer rasguños o morder. Asimismo, es importante que lleven las uñas recortadas para evitar arañazos y así posibles focos de infección.

Así mismo, es aconsejable evitar que las mascotas merodeen sin control por la calle o en el campo con el fin de que no puedan beber agua estancada de charcos, por ejemplo, y para impedir que cacen pequeños roedores que podrían ser fuente de infecciones.

Así mismo, la American Cancer Society avisa que no todas las mascotas imponen los mismos riesgos durante el tratamiento contra el cáncer. “Hay una gran diferencia entre adoptar una mascota recién rescatada de la calle y hacerse cargo de una mascota ya domesticada y saludable durante el tratamiento contra el cáncer. Las mascotas rescatadas de la calle, si no han pasado por los cuidados de una protectora, por lo general son portadoras de más bacterias y podrían no estar al día con sus vacunas.

Las mascotas que viven dentro de un hogar y son bien atendidas, son mucho menos propensas a causar problemas si se toman las medidas de precaución correspondientes. Adquirir una mascota durante el tratamiento contra el cáncer generalmente no es recomendable. Pero si una familia opta por adoptar una mascota, un perro o gato ya maduro y con un buen estado de salud probablemente impondrá un menor riesgo que las macotas menores a un año de edad”.

Mientras se esté en tratamiento o recuperándose de un cáncer es conveniente evitar el contacto con los reptiles, gallinas o patos porque pueden ser un trasmisor de salmonelosis. Los roedores u otras mascotas exóticas también pueden ser un foco de posibles infecciones para aquellas personas que tengan el sistema inmunológico debilitado.

Además, hay una serie de precauciones extra a tener en cuenta según la American Cancer Society:

  • Evite el contacto demasiado íntimo, tal como el besar, acurrucarse o dormir en la misma cama.
  • Usar guantes desechables que sean impermeables para limpiar una pecera, jaula, caja de arena o al recoger los deshechos de la mascota.
  • El recubrimiento de las jaulas para pájaros debe limpiarse diariamente.
  • Lavar las manos tras haber acariciado, cuidado, tocado, alimentado o limpiado a la mascota (incluso aunque se usen guantes).
  • Lave las manos antes de tomar medicinas o manejar alimentos, o utensilios de cocina.
  • Pedir a otras personas que laven peceras, jaulas o excrementos
  • Evitar el contacto con animales desconocidos, especialmente los callejeros.
  • Evitar el contacto con reptiles y sus contenedores.
  • Usar guantes al hacer jardinería y evitar completamente el contacto con los desechos y excrementos de las mascotas

A pesar de estas recomendaciones, hay algunos momentos en los que es altamente recomendable prescindir del contacto con mascotas. Es el caso de los trasplantes de células madre de la sangre. En ese caso, los pacientes son sometidos a tratamientos muy intensivos que conllevan la pérdida total de inmunidad. Por ello, cuando vuelven a casa, es importante no tener contacto con animales hasta la recuperación de la inmunidad. En el caso de los trasplantes de médula ósea autólogos, puede ser cuestión de pocos meses, pero en los trasplantes alogénicos, la inmunidad del organismo cuesta más de recuperar. Por ello, recomendamos seguir al pie de la letra las recomendaciones del hematólogo y evitar posibles focos de infección.

Hematogeriatría o cómo atender de forma especializada e individual a los pacientes más mayores con cánceres de la sangre

Muchos tipos de cánceres hematológicos afectan a personas de edad avanzada. Evidentemente, estos pacientes tienen realidades físicas diferentes. ¿Cómo se actúa con ellos?, ¿reciben los mismos tratamientos?, ¿tienen una atención especializada? Hemos querido hablar con el Dr. Raúl Córdoba, coordinador de la Unidad de Linfomas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y especialista en Hematogeriatría.

Además de tu especialidad como hematólogo y tu dedicación al campo de los linfomas, nos interesa mucho hablar de cómo afectan las enfermedades hematológicas malignas a las personas de edad avanzada. En primer lugar, para centrarnos un poco y para que no haya dudas, ¿qué consideráis en hematología “una persona de edad avanzada”?

Dr. Raúl Córdoba: En oncogeriatría y en hematogeriatría, se considera que una persona tiene edad avanzada cuando tiene más de 70 años. Se ha definido ese punto de corte, porque es a partir de los 70 años cuando la “edad cronológica”, es decir, los años que hemos cumplido, puede ser diferente de la “edad biológica”, es decir, la reserva funcional que tenemos para enfrentarnos a las enfermedades.

¿Qué tipos de neoplasias hematológicas afectan más a las personas de edad avanzada?

R.C: La gran mayoría de las neoplasias hematológicas, o también conocidas como cánceres de la sangre, se dan con más frecuencia en pacientes con edad avanzada. Enfermedades como el mieloma múltiple, los linfomas no Hodgkin, las leucemias agudas, la leucemia linfocítica crónica, entre otras, se diagnostican con más frecuencia en la década entre 65 y 74 años, y a medida que cumplimos años, la incidencia aumenta.

¿Existen protocolos de tratamiento diferentes?

R.C: Sí que existen protocolos de tratamiento diferentes. Hasta hace poco, la edad era un criterio para decidir un esquema de tratamiento, o si un paciente era candidato a recibir un trasplante de progenitores hematopoyéticos. Hoy en día, con las herramientas de valoración geriátrica, podemos identificar a un grupo de pacientes de edad avanzada que tienen reserva funcional para enfrentarse a tratamientos más intensivos con intención curativa. Son los pacientes a los que llamamos “robustos” o “fit”.

Suponemos que muchos tratamientos más agresivos o incluso los trasplantes de progenitores hematopoyéticos no se pueden aplicar en algunas personas de mayor edad por las comorbilidades con otras dolencias o por su estado físico. ¿Qué métodos alternativos se emplean? ¿Nos puedes hablar de los trasplantes de intensidad reducida?

R.C: Los trasplantes de progenitores hematopoyéticos se están aplicando cada vez a personas de edad más avanzada. Si hace un par de décadas no se realizaban a personas mayores de 50 años, hoy en día se están haciendo hasta los 70 años. Los trasplantes de intensidad reducida no es más que una estrategia de reducir la toxicidad provocada por la quimioterapia o la radioterapia que damos antes de infundir las células progenitoras en el trasplante. Es cierto que es menos tóxico, pero en ocasiones, menos efectivo, y los pacientes presentan más porcentaje de recaídas. Y en el caso del trasplante alogénico, no debemos olvidar una de las complicaciones más temidas, la enfermedad del injerto contra el huésped (EICH), que es más frecuente que ocurra en este tipo de trasplante, y se acompaña de elevada morbilidad y mortalidad.

¿Existe hoy en día la especialidad de hematogeriatría? ¿Lo consideras fundamental? ¿En qué crees que aporta un grupo de colaborativo como el GEHEG? ¿En otros países se trata a este colectivo de manera diferente?

R.C: La hematogeriatría es una disciplina dentro de la especialidad de Hematología y Hemoterapia. Nos da herramientas para poder adaptar el tratamiento a los pacientes mayores con enfermedades de la sangre. Es una forma de dar un tratamiento lo más individualizado posible a nuestros pacientes. España es pionera en impulsar la hematogeriatría, siendo referentes dentro de los grupos de “Hematología y Envejecimiento” de la Asociación Europea de Hematología (EHA) y de la Sociedad Americana de Hematología (ASH). En 2017, España fue invitada a presentar en el congreso americano de hematología su experiencia en valoración geriátrica en pacientes mayores con neoplasias hematológicas, y sus datos con la escala GAH, una herramienta diseñada por geriatras y hematólogos españoles. Tuve el honor de representar a España y poder participar en este congreso tan importante.

Seguramente en personas mayores, la realidad socioeconómica o de dependencia es muy distinta. ¿Cuáles crees que son los puntos a destacar y/o las mejoras en este aspecto?

R.C: Un aspecto fundamental de la hematogeriatría es que no sólo nos centramos en la enfermedad, sino en los pacientes. Atendemos aspectos como su independencia, si se valen por ellos mismos, si tienen o precisan ayuda, su estado emocional, nutricional, etc, y lo más importante de todo esto no es únicamente identificarlos, sino poder intervenir para solucionarlos y que así puedan afrontar mejor las terapias que les ofrecemos. La participación de los geriatras en la intervención es clave para el éxito del tratamiento.

¿Crees que en España hay mucha heterogeneidad en cuanto a recursos y protocolos de tratamiento de cara a estos pacientes?

R.C: En España hay heterogeneidad en cuanto no hay geriatras en todos los centros hospitalarios, y donde los hay, no están formados en oncogeriatria ni hematogeriatría. Por ese motivo, las sociedades científicas como SEHH, SEOM y SEGG han creado grupos de trabajo en hematogeriatría y oncogeriatría para tratar de reducir la heterogeneidad que podemos encontrar.

¿Tienen l@s enfermer@s o l@s gestor@s de caso un papel diferente con este colectivo?

R.C: El papel de l@a enfermer@s es fundamental en este proceso. La medicina del futuro hacia donde tenemos que dirigirnos va encaminada a estar “centrada en el paciente”. Esto quiere decir que todos los profesionales sanitarios que participan de los cuidados del paciente deben de trabajar en equipos multidisciplinares. Y entre ellos, por supuesto, se encuentran l@s enfermer@s.

¿Qué deseas y qué consideras qué estaréis haciendo en hematología dentro de 15 años?

R.C: Desde la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia se está trabajando para que todos los avances y la innovación, tanto en métodos diagnóstico como en nuevos tratamientos, llegue por igual a todos los pacientes. Es indispensable que se cumpla el principio de equidad. Y respecto a los pacientes mayores, el Grupo Español de Hematogeriatría está trabajando para que esa equidad llegue a los cuidados de los pacientes con enfermedades de la sangre y que tienen una edad avanzada, y en los que hay que individualizar aún más el plan de cuidados que precisan.

¿Un deseo, consejo o mensaje de apoyo para los pacientes hematológicos?

R.C: El principal mensaje para los pacientes con enfermedades de la sangre es el del optimismo y la esperanza. La Hematología es una rama de la medicina donde se están produciendo los avances más rápidamente, y con gran impacto tanto en la supervivencia de los pacientes, como en una mejor tolerancia y calidad de vida. Un consejo que le daría es que confíen en su hematólogo, y le transmitan todas las inquietudes y dudas que tengan. Si su hematólogo no se lo puede resolver, podrá ponerse en contacto con otro compañero para que entre todos ayudemos a cuidarlos.

¡Muchas gracias!

Leucemia y sexualidad

El objetivo de esta entrada es profundizar en el tema de las hemopatías malignas (o el cáncer) y la sexualidad para que las personas que reciben un diagnóstico de leucemia u otra neoplasia hematológica tengan más información sobre este aspecto.

Es probable que un diagnóstico de cáncer de la sangre afecte al paciente tanto física como psicológicamente. Una de las posibles inquietudes que el paciente puede tener es precisamente cómo afectará el tratamiento a sus relaciones sexuales actuales o futuras. Es posible que el paciente se sienta diferente debido a los cambios físicos que está sufriendo, puede que se sienta deprimido o nervioso o incluso que tenga menos interés por mantener relaciones íntimas y, seguramente, es probable que tenga pocas ocasiones para estar solo o tener intimidad con su pareja debido a la hospitalización o el tratamiento.

Destaquemos algunos puntos importantes a tener en cuenta:

● Tanto si eres hombre como mujer y eres sexualmente activ@, es muy importante que uses un método anticonceptivo durante tu tratamiento. En el caso de las mujeres, es importante tener en cuenta que algunos fármacos que recibes como paciente pueden ser muy dañinos para el feto. Esto es fundamental, aunque te hayan dicho que luego el tratamiento podría afectar gravemente a tu fertilidad. Además, obviamente, debe evitarse el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, por lo que es recomendable principalmente el uso de un método anticonceptivo de barrera como el preservativo si no se dispone de una pareja estable.

● Es posible que algunos de los efectos secundarios del tratamiento como el cansancio, el dolor, las náuseas, la sequedad vaginal (en el caso de las mujeres) o las molestias durante el acto sexual afecten, al interés sexual del/la paciente. Es importante que el/la paciente pregunte a su hematólog@ sobre los posibles efectos secundarios de los fármacos que le están administrando. En las mujeres, algunos tratamientos pueden producir sequedad vaginal. Habla con tu médico acerca del uso de lubricantes u otras ayudas para hacer más cómodo el acto sexual.

● Es posible que si tu cantidad de glóbulos blancos es inferior a 1.000, tu nivel de plaquetas es inferior a 20.000, o existen otros motivos médicos, tu hematólogo te recomiende abstenerte de tener relaciones sexuales durante un tiempo.

● También es posible que la pareja del/la paciente tenga sus propias inquietudes sobre el acto sexual o no sepa cómo expresar sus sentimientos. En muchos hospitales existen servicios de psico-oncología que pueden ayudar a mejorar esta situación. Consulta con ellos. En el caso de no encontrar esta ayuda en el hospital, consúltanos y te derivaremos a la asociación más apropiada y cercana a tu domicilio.

Esta sección es meramente informativa y de carácter general. Habla con tu hematólogo sobre los efectos específicos que puede tener tu tratamiento en tu vida sexual.

Te animamos a preguntar a tu médico sin tapujos todas las dudas que puedas tener sobre este tema.

 

Para más información:

El cáncer, el sexo y el cuerpo de la mujer, American Cancer Society

El sexo y el hombre con cáncer, American Cancer Society

Sexualidad y Cáncer, MD Anderson Cancer Center Madrid

Guía para hombres sobre sexualidad durante y después del tratamiento para el cáncer, Oncolink

Los sentimientos y el cáncer, National Cancer Institute

Su imagen propia y su sexualidad, National Cancer Institute

Càncer i sexualitat, FECEC