Testimonios imparables

¡Hola! Soy Gabriel y a mis 15 meses de vida me diagnosticaron de una leucemia linfoblástica aguda.

Estuve durante un mes y medio con fiebres muy altas, a mi madre le decían que era una otitis o algún virus, pero con la ayuda del pediatra del centro de salud consiguieron que me hicieran las pruebas necesarias para descubrir que era lo que tenía. Mi madre sabia que algo no iba bien, pero jamás imagino este diagnóstico, una noticia terrible para ella. A pesar de ello, cogió muchas fuerzas para que no la viese triste.

Desde mi primera quimio fui mejorando y poco a poco me encontraba mejor. Poco a poco me empezaron a subir los neutrófilos, ya que ingrese con uno. En mi primer ingreso me hicieron cuatro transfusiones de sangre y las otras tres ya fueron espaciándose en el tiempo. Y solo necesité una transfusión de plaquetas. Con mucha paciencia, conseguí comer mejor y de todo… Después del primer mes me hicieron una punción para valorar cómo está yendo el tratamiento y… ¡había reaccionado! Mi médula estaba limpia de células leucémicas. A los quince días le hicieron la prueba de nuevo y tuvo el mismo buen resultado. Al principio mis doctoras estaban preocupadas, pero al ver mi evolución se pusieron contentas.

Mi madre estuvo a mi lado durante esta lucha, con tal de que mi recuperación fuese buena, rápida y con el mínimo dolor posible. He de decir que fue una etapa complicada, ya que mi hermano gemelo, Martín, también quería esta con ella. Hacía todo lo posible para poder estar cada día con nosotros. Esto pudo ser posible gracias a la ayuda de mi padre y mis abuelas.

Tras 60 días, me dieron el alta y fue maravilloso. ¡Menuda emoción! Al llegar a casa, Martín se extrañó mucho de verme, pero al instante estábamos dándonos muchos besos. Estar todos juntos en casa fue un sueño hecho realidad. Al principio fue un poco rollo, ya que no podía salir de cada, aunque la cosa fue mejorando.

El tiempo fue pasando y el tratamiento también. Unas semanas antes de cumplir los dos años, terminaron los ingresos para la quimio y pude empezar a hacer vida un poco más normal.

Hace ya unos meses que terminaron las quimios hospitalarias, intratecales, intramusculares, etc. Ahora vamos al hospital para revisiones y comprobar que todo esté bien. No todo ha sido un camino de rosas. He tenido algunos ingresos adicionales por culpa de bacterias y virus. ¡Hasta me quitaron el catéter debido a una bacteria rara de repetición! Aun así, lo más importante es que ya estoy bien y puedo seguir haciendo trastadas con Martín.

En la Fundación hicieron un cuento con mi historia, lo puedes ver aquí: https://www.fcarreras.org/es/Gabrielesimparable

Gabriel