¡Hola! Soy Lucía y soy de Bilbao. Todo empezó con unos dolores en un punto localizado del estómago que no me dejaban a penas hacer vida normal. Después de dos meses de quejas, médicos y pruebas, solo recibiendo la respuesta de una inflamación de estómago, un 29 de octubre cambio mi vida por completo. Me habían encontrado una úlcera gástrica y en su biopsia un Linfoma no Hodgkin de células B gástrico.
Cuando estás a tan solo 2 semanas de cumplir los 18 años y la vida te da un golpe así de duro sólo piensas en que todo se cae, en que no hay vuelta atrás y el miedo se apodera de ti.
Me rapé el pelo, me pusieron mi reservorio y manos a la obra. Había empezado la batalla más dura de mi vida, con todas las complicaciones que conlleva: los ingresos, el tromboembolismo pulmonar, los dolores y los miles de efectos después de cada sesión. Cada día me levantaba preguntándome porque a mí, echando de menos mi pelo, con miedo de mirarme al espejo, pero, sobre todo, con miedo de que esto no acabe.
A tan solo dos quimioterapias de acabar, y con buen pronóstico, solo pienso en todo el camino y lo duro que es. Vivir esto no me ha quitado nada, al contrario, me ha dado esperanza, fuerza y ganas de vivir, me ha enseñado realmente lo que es la vida y sé que algún día todo esto tendrá cura. Por eso, solo animo a cada persona que esté pasando por algo similar. ¡Porque todos somos más fuertes que cualquier bicho!”
Lucía