¡Hola! Me llamo Paula tengo 26 años. En junio de 2018 me diagnosticaron una leucemia linfoblástica aguda de células T.
Cambié la universidad, y lo que pensaba que sería mi primer gran trabajo, por el hospital. Parecía todo tanto surrealista … Hacía sólo una semana que me había graduado y tenía la cabeza llena de grandes planes de futuro.
¿Mi primera reacción? Rabia e impotencia. Una chica joven, deportista, sana… ¿cómo me podía estar pasando esto a mí? Recuerdo que todo pasó muy deprisa, en seguida estaba ingresada en el Hospital Clínic de Barcelona recibiendo quimioterapia intensiva cada semana durante un mes. Tuve suerte, ya que el tumor localizado en mi mediastino, y que apenas me dejaba respirar, desapareció y las células malignas pasaron de ocupar un 76% de mi médula ósea a menos de un 2%. Pero todo se torció cuando detectaron una mutación de un gen que podría reproducir la enfermedad en un futuro. Mi única salvación era un trasplante de médula ósea de un donante no emparentado, ya que mi hermano sólo era un 50% compatible conmigo.
Al cabo de dos meses y poco, el Registro de Donantes de Médula Ósea de la Fundación Josep Carreras encontró un donante compatible para mí en el extranjero. Y el 16 de enero de 2019 se hizo la magia. Pero para mí aquí empezó la verdadera batalla, tanto física como psicológica. Recuperar todas las fuerzas que había perdido durante el proceso, con una médula nueva y débil y con un mayor riesgo de infecciones o rechazo y aceptar los efectos secundarios, tanto los que poco a poco se fueron marchando como los que se quedaron. Fue duro y difícil, pero con paciencia y resiliencia casi todo se consigue.
Agradezco cada día a la vida por tener la familia y amigos que tengo (creo que, si hubiera podido elegir a mis padres, los hubiera elegido de nuevo a ellos), por haber nacido donde he nacido y tener la suerte de estar rodeada de profesionales como los del Clínic, a ellos sí que se les tiene que cuidar más. Des de aquí quiero mandar un fuerte abrazo a tod@s los que estáis pasando por lo que yo he vivido y ánimo para todas las familias y amigos de los pacientes porque sois imprescindibles. A todas estas personas hoy os digo que sois más fuertes de lo que pensáis, porque todo pasa y todo llega, paciencia y mucha resiliencia.