Leire nació sana y feliz el 3 de diciembre de 2016. En noviembre de 2018 se cayó, como puede caerse cualquier niño, pero lo malo fue que ella empezó a cojear. Fuimos a urgencias y le dieron un analgésico para el dolor y nos mandaron que guardara cuatro o cinco días de reposo.
Después de esos días de recuperación Leire seguía cojeando y empezó a tener fiebre. Tuvimos que volver a urgencias y fue cuando le realizaron una analítica y nos dijeron que tenía que quedarse ingresada porque los resultados no habían salido bien. Esa noche no pegué ojo.
A la mañana siguiente, la oncóloga nos llevó al despacho y nos dijo que la niña seguramente tenía cáncer. En ese momento se nos cayó en mundo encima… no lo podíamos creer. La subieron a la UCIP para hacerle una punción lumbar y fue cuando nos comunicaron que tenía una leucemia linfoblástica aguda.
Estuvo tres meses seguidos ingresada con quimioterapia, aislada por dos virus y le tuvieron que poner dos reservorios. Después de esos tres meses le dieron el alta y ahora volvemos al hospital para que la quimioterapia y las revisiones que le corresponden.
Fue el susto más grande que he tenido en mi vida, pero ella demuestra día a día que es fuerte y que puede con esto y con todo lo que venga. ¡Nos está dando una lección de vida! Gracias a la familia y a toda la gente que está en estos momentos con nosotros y nos ayuda a estar en pie para seguir lidiando con esta batalla ¡Estamos seguros que la ganaremos! Un saludo a todas las familias que saben los que es pasar por estas situaciones.
¡¡Mucha fuerza para tod@s!!. ????????