Testimonios imparables

¡Hola! Soy María y mi historia empezó con un pequeño bulto. En aquel entonces, no quise darle importancia, pensé que se iría, así que seguí con mi vida. Pero a pesar de ello, notaba que seguía ahí.

Me fui de Erasmus, esto, junto a otras cosas, me permitía no pensar en nada más. De hecho, por momentos lo olvidaba. «Estoy sana, estoy bien, sigo haciendo todo con normalidad, no me pasa nada» son frases que me repetía y que me obligaba a creer, y lo hice. Pero seguía ahí, creció y se multiplicó. Básicamente, mi cuello, por la parte derecha, era una montaña de bultitos que se podían ver y palpar, y que ya no podía esconder más.

Me dijeron que era un linfoma, a pesar de haberme preparado para el diagnóstico, esto no fue suficiente. Las palabras me hicieron aterrizar, un cáncer. Con tan solo 20 años mi vida cambió.

No podía decir cáncer, así que decidí llamarle «Monstruo» y, a pesar de mi realidad, me cree un blog donde contaría mi historia. Cada visita me hacía más fuerte, los nudos en la garganta los tragaba e incluso me reía y bromeaba. Me propuse matar al monstruo y empezó mi aventura.

Tomé las riendas de la situación, me corté el pelo y lo doné a una asociación para que hicieran una peluca. Me compré pañuelos y empecé a ver tutoriales para aprender a ponérmelos. Los pinchazos pasaron a estar a la orden del día y, por fin, llegó el momento, ese que nunca esperé que llegara: la quimioterapia. El primer día lloré como una niña pequeña con el único deseo de salir corriendo. Era duro aceptar que no había otra opción. Poco a poco me acostumbré y lo fui tomando de otra manera.

Pasado el tiempo, volví a esa consulta con el mismo miedo de siempre, o quizás un poco más, pero fue ese día cuando escuche las palabras que hacía tanto tiempo que deseaba escuchar: «Maria, estás en remisión completa». Había vencido al monstruo. Todo el esfuerzo, las lágrimas, el dolor, la impotencia, la rabia y toda esa infinidad de sensaciones «feas»…todo, había dado su fruto y el monstruo se había esfumado.

A día de hoy, no puedo creer lo que ha pasado aún. Aún paso por revisiones y más feliz que nunca, tengo como propósito ayudar, mi blog y mis palabras por las redes han llegado a mucha gente y han ayudado a que otros se sientan un poco mejor con su pelea contra el monstruo.

María